por La Gaceta
G+H Arquitectos es el estudio que tienen a su cargo la arquitecta Estefanía Guidi y el arquitecto Gustavo Hernández. En la XVIII edición de la Bienal de Arquitectura de Buenos Aires que se llevó a cabo entre el 28 de septiembre y el 2 de octubre del año pasado en el Faena Arts Center de Puerto Madero, representó -junto a estudios colegas- a la ciudad de Rosario con tres obras destacadas: Casa entre edificios, Edificio Laprida y Edificio Falucho.
“Fue una experiencia expansiva, porque nos permitió conectar con los proyectos desde los sentidos, las vivencias y la experiencia que puede brindar la arquitectura”, dice Estefanía a La Gaceta sobre la participación del estudio en la Bienal.
Como cierre del ciclo de La Gaceta destinado a recoger las miradas de los estudios rosarinos que participaron de ese evento internacional, Guidi y Hernández explican el criterio elegido para presentar sus trabajos y comparten algunas apreciaciones sobre la importancia de mostrar obra en ese ámbito.
—¿Cómo surgió la participación del estudio en la Bienal?
—Estefanía Guidi: El hecho de que nos convoquen a participar en La Bienal entendemos que surge a partir de una sucesión de premios y publicaciones que se fueron dando en relación a nuestra oficina en los últimos años, la difusión de nuestro trabajo en varios portales y editoriales internacionales, la mención obtenida con nuestra obra Edificio Falucho en el 18° PREMIO SCA-CPAU DE ARQUITECTURA ARGENTINA en la categoría Obra Construida: Vivienda Multifamiliar.
—Gustavo Hernández: A eso podemos sumar la participación de Estefanía como socia-fundadora del estudio en el Premio Nacional Soy Arquitecta 2022, siendo destacada en la categoría proyectista.
—¿Con qué obras participaron y cómo fueron exhibidas?
—G.H: En la Bienal participamos con tres de nuestras obras: Casa entre edificios, Edificio Laprida y Edificio Falucho. El formato propuesto en esta edición fue completamente digital, razón por la cual tuvimos que producir videos tanto de las obras como de nuestro estudio, mostrando nuestra cotidianidad laboral.
Ese fue un ejercicio muy interesante. Nos puso a pensar en cómo mostrar las obras con recursos que no estamos acostumbrados a utilizar y el resultado fue muy gratificante.
Para esto trabajamos en equipo con la gente de CApA (Contenidos Audiovisuales para Arquitectura), que está conformado por dos arquitectos y un cineasta. Esto fue muy potenciador y enriquecedor a la hora de generar el material.
—E.G: Realmente fue una experiencia expansiva, porque nos permitió conectar con los proyectos desde los sentidos, las vivencias y la experiencia que puede brindar la arquitectura. Y aunque ese es el lugar desde el que pensamos siempre nuestros proyectos, quizás no es tan sencillo transmitirlo desde elementos más estáticos con los que estamos habituados a trabajar como la fotografía y la representación gráfica.
Creemos que esta experiencia, sin dudas, nos sumó muchísimo desde este lugar. Claramente, la producción audiovisual es un recurso que llegó a nuestra oficina para quedarse y sumarse a los demás recursos con los que ya venimos trabajando.
—¿Tuvieron algún tipo de devolución?
—E.G: Tuvimos muchas devoluciones muy buenas de colegas y también interés sobre nuestro trabajo de parte de profesionales que se desempeñan en el ámbito académico.
También a partir de nuestra participación en La Bienal nos surgieron varias convocatorias con respecto a publicaciones y entrevistas.
De La Bienal nos llevamos el gran ejercicio que implica parar y repensar la manera de mostrar una obra, reconectar con el proyecto para poder contarlo»
—¿Notaron alguna característica distintiva de esta edición de la Bienal que pueda marcar algún cambio o tendencia?
—G.H: Esta Bienal vino un poco a romper con paradigmas establecidos desde siempre, esta vez La Bienal fue abierta y gratuita.
La exhibición de los estudios participantes fue 100% digital, las obras se exhiben en grandes pantallas, se utilizó la digitalización en favor del objetivo que creemos que tenía esta Bienal que era el de pluralizar.
—E.G: Y justamente esto es lo que notamos, pluralización, de géneros, de localizaciones geográficas, de escalas.
Tanto en la exposición como en las conferencias hubo diversidad, expusimos estudios pequeños como nosotros compartiendo pantalla con estudios de gran envergadura como Foster and Partners. Realmente esta variedad nos pareció sumamente nutritiva y necesaria.
—¿Qué experiencias destacan del paso por la Bienal?
—G.H: De La Bienal nos llevamos el gran ejercicio que implica parar y repensar la manera de mostrar una obra, reconectar con el proyecto para poder contarlo, mirarlo un tiempo después con una mirada quizás diferente a la que acompañó al proceso de su ejecución, son ejercicios muy interesantes que probablemente sin una convocatoria de por medio no hubiésemos realizado.
—E.G: Por otro lado, nos sentimos muy felices de acceder a la posibilidad junto a otros estudios y colegas rosarinos como son Melina Spinetta, María Eva Contesti y Guillermina Iglesia de Dos Arqs, Loza Arquitectura, Federico Marinaro y la secretaria de Planeamiento Agustina González Cid, de llevar una parte de la producción arquitectónica y urbanística que se está realizando en nuestra ciudad para situarla en el contexto tanto nacional como internacional.
El hecho de que hayamos participado tantos estudios y colegas de nuestra ciudad pone de manifiesto que tenemos una producción arquitectónica muy interesante y pujante que hace que muchos pongan la mirada en lo que está sucediendo en este punto geográfico.
*El estudio G+H está integrado por la Arq. Estefanía Guidi y el Arq. Gustavo Hernández y cuenta como colaboradores/as a la Arq. Paula Munge, la Arq. Silvina Nanni, y los Arq. Marcos Maldonado y Lucio Mastrogiacomo.