Conocer para valorar: memoria colectiva en una visita a tres iglesias rosarinas

Del 7 al 12 de noviembre se llevará a cabo una nueva edición de la Semana del Patrimonio, una actividad que desde hace veinte años convoca al público en general a una visita guiada por edificios de valor patrimonial. En esta edición, el recorrido será por tres iglesias protestantes y reformadas de nuestra ciudad. Desde la comisión organizadora, adelantan en esta nota algunas particularidades edilicias y culturales que descubriremos en ese recorrido.

por La Gaceta

“No se valora lo que no se conoce”. Ese es el lema que sintetiza el espíritu de la Semana del Patrimonio, el ciclo que invita a visitar obras arquitectónicas de la ciudad con el objetivo de poner en valor tanto sus características edilicias como así también su historia, su cultura y el modo en que se vinculan con la sociedad rosarina.

Esta iniciativa de la Comisión de Patrimonio del Colegio de Arquitectos del Rosario (CA D2) cumple 20 años y celebra el retorno a la presencialidad tras el receso impuesto por la pandemia triplicando la apuesta. Es que, en esta edición dedicada a templos e iglesias protestantes y reformadas, son tres los edificios que se visitarán entre el 7 y el 12 de noviembre próximo: la Iglesia Evangélica Metodista “Primera”, la Iglesia Anglicana San Bartolomé, y la Congregación Evangélica Alemana.  

El arquitecto Luis Vignoli, miembro de la Comisión de Patrimonio y mentor de esta edición del ciclo, explica a La Gaceta el objetivo de esta actividad y describe algunas particularidades de los edificios que formarán parte de las visitas guiadas.

¿Cuál es el objetivo central de la Semana del Patrimonio y cómo se relaciona con el criterio de puesta en valor que tienen en la comisión?

—Esta actividad que venimos realizando desde hace veinte años apunta a poner en valor al edificio y a la institución que elegimos, pero también a ponernos en valor a nosotros como sociedad. Porque esto tiene que ver con la continuidad histórica: uno es presente, pero también es pasado y es futuro. Como Colegio, como entidad colectiva, somos una sociedad, somos una historia.

Entonces, poner en valor cosas del pasado tiene que ver con poner en valor a nuestro trabajo, a nuestra formación y a nuestro futuro: qué va a pasar mañana con lo que producimos hoy. Ahí ponemos el foco y damos la bienvenida a todos los debates que se abren sobre esto. La contracara es el olvido y la picota. El proceso de sustitución de la ciudad es parte de un proceso. Que a un edificio se lo demuela porque se volvió obsoleto y ya no cumple su función es una cosa, pero que se lo haga desde la ignorancia, desde la desmemoria, es otra.

¿Eligen edificios que ya están catalogados como de valor patrimonial o buscan anticiparse y reivindicarlos de alguna manera para promover su catalogación?

—Creo que se trata de una doble figura. Porque la memoria es un proceso en construcción permanente. La arquitectura en sí, un edificio -eso que puede remontarse a la idea de una piedra sobre otra piedra- encierra el desafío de perdurar en el tiempo, es un acto de memoria. Y entonces nos podemos preguntar sobre qué consagra a un edificio, qué tiene más o menos valor. A ese valor se lo va dando la misma sociedad en su uso.

La municipalidad, o las entidades vivas de la ciudad, van denominando tal o cual edificio con tal o cual criterio. Y ahí aparecen los catálogos, y también los debates sobre esos catálogos: si preservarlos porque sí o, si el edificio dejó de cumplir su función como tal y debe renovarse, sustituirse o demolerse. Cuál es el criterio es una parte de los debates de la Comisión de Patrimonio: focalizar esas preguntas circundantes y pensar qué hay que hacer para revalorar esos edificios.

Podemos decir que los edificios con los que hemos trabajado ya tienen el señalamiento como ‘de valor arquitectónico’. En cuanto al valor institucional, se eligen edificios que pueden ser educativos, como hicimos con el Normal 1, el Normal 2, o la Dante Alighieri, que tienen una historia que han marcado a la sociedad.

El Palacio Vasallo, donde funciona el Concejo Municipal, es otro ejemplo. Estas grandes casonas de burgueses locales, de comerciantes exitosos en lo económico que se auto representaban con estas viviendas palaciegas, pasan hoy a tener un valor arquitectónico aunque su uso original se haya perdido, porque la sociedad democrática lo eligió para que se den allí los debates de la ciudad. Hay una sustitución, que es parte de un proceso. Entonces, no se pierde el valor arquitectónico sino que se reivindica en otro uso, y eso enfatiza la posibilidad patrimonial.

¿Cómo surgió la propuesta para esta edición de realizar las visitas guiadas a tres iglesias? ¿Qué particularidades comparten?

—Esta propuesta surgió de una iniciativa personal vinculada a gente que pertenece a las asociaciones que conforman las iglesias no católicas en Rosario. Creo que, para nuestra sociedad, la componente de nuestros inmigrantes es un elemento histórico muy significativo. Acá en Rosario, en esta ciudad portuaria, se focalizó no sólo el puerto sino toda la red ferroviaria y la salida de la producción agroexportadora que fue, y sigue siendo el modelo de nuestro país. Y en eso hay una esencia cultural y de identidad muy fuerte.

Estos inmigrantes en particular, que son inmigrantes en minoría y no pertenecen a la iglesia católica, tienen vínculo con este nuevo modelo de país que es más abierto, que incluye a otras culturas, la idea del crisol de razas.

Tanto los de habla inglesa como los de habla alemana, profesaban esta versión del cristianismo con una relectura que tiene que ver con la iglesia protestante. Entonces aparece la Iglesia Anglicana (que ya tenía presencia en Argentina), los alemanes con la Iglesia Luterana, y la Iglesia Metodista.

Estos edificios fueron fundados con una función que mantuvieron en el tiempo; en el caso de la Iglesia Anglicana, de Paraguay y San Lorenzo, durante más de 130 años. Es decir; se construyó como un templo y sigue funcionando como un templo. La Iglesia Metodista fue la primera en Rosario y se dio en el contexto del Cementerio de Disidentes, cuando los católicos no dejaban enterrar a los no católicos en su cementerio.

Fue un momento del siglo XIX fundacional en muchas cosas, con la constitución de 1853 con la tinta fresca y el modelo de país desarrollándose. Ese es el contexto histórico. Es interesante cómo el proceso de sustitución tuvo su vida propia en estos ciento y pico de años que han tenido estas instituciones. Porque, si bien fueron concebidas por estos inmigrantes que en minoría generaron su espacio de fe, las pudieron mantener y supieron renovarse. Esto creo que es lo más interesante.

En el caso de la Iglesia Alemana, todavía se hace allí la fiesta de la selva negra, con banderines y folclore alemán. Pero en la sociedad que hoy compone esa congregación, si bien hay descendientes alemanes, hay una apertura a nuestra sociedad. De hecho, los cultos son en idioma español. Y lo mismo pasa con las iglesias Metodista y Anglicana.

Los primeros pastores de habla inglesa tuvieron que aprender español. Aunque en un primer momento atendían a estas comunidades que todavía no se habían adaptado y no hablaban español y practicaban el culto en su idioma nativo. Por ejemplo, en el caso de la anglicana, en sus misiones al norte argentino han trabajado con los pueblos originarios y han hecho traducciones de la biblia al idioma wichi. A eso no lo sabe nadie, o muy pocos.

Se busca, entonces, mostrar como esas instituciones representan a comunidades que se integraron a la sociedad…

—Son instituciones que son parte de nuestra sociedad, con familias que son fundacionales. En estas sociedades, estos pioneros, además de fundar iglesias y trabajar en el ferrocarril, también fundaron los clubes de fútbol. Y ahí aparecen Newell’s y Central, cuyos fundadores están enterrados en el Cementerio de Disidentes. Hay historias muy ricas en torno a esto. Los ladrillos con los que se construyeron los templos son los mismos que los de las estaciones de ferrocarril. Esa relación está a la vista.

Por eso, además del valor arquitectónico hay un valor cultural muy fuerte. En lo arquitectónico, son templos muy simples y muy bellos. Como plus, la cultura protestante tiene eso de la austeridad. No es el barroco o el rococó cargado de la iglesia católica, sino todo lo contrario.

La primera Iglesia Metodista, en Salta casi Oroño, es la más pequeña, la más austera, y hasta podemos decir que pasa desapercibida. Es muy modesta en el buen sentido. Participar de un culto ahí es una experiencia muy interesante. Jimmy Wheelwright, que fue el fundador del ferrocarril en Rosario, fue el que aportó para la primera iglesia metodista. Y ahí hay una cruz vacía y no mucho más que eso. Y los bancos de madera que tiene son los mismos que están desde hace 130 años.

La Congregación Evangélica Alemana, que hoy en día es denominada Iglesia Evangélica del Río de la Plata, se remonta a la comunidad de alemanes de las primeras colonias agrícolas de mediados del Siglo XIX, donde aparecen los alemanes del Volga, que se instalaron mayormente en Entre Ríos. Tienen tradiciones que han traído y mantenido, pero con el tiempo se aggiornaron. No eran solo de Alemania como el país que conocemos hoy ya que en el siglo XIX Alemania era el imperio prusiano, algo más expansivo. Incluso, en la bandera no estaba el amarillo.

Una particularidad es que, acá en Rosario, archienemigos en las dos guerras como Alemania e Inglaterra, fueron socios en el Cementerio de Disidentes. Está bueno poner en valor eso en un mundo con tanta grieta y división. Y eso, es un poco lo que planteamos con esta iniciativa. Es decir, sabiendo las diferencias que podemos tener, por qué no pensar en lo que tenemos en común. A ellos los unió un libro común como lo es la biblia. La idea es poner en valor la esencia cultural que une y no la que divide.

En el caso de la Iglesia Alemana es interesante destacar que la congregación es anterior al templo. De hecho, el primer culto alemán en Rosario se hace en la Iglesia Anglicana. El terreno se compra en 1907 y el templo se inaugura en 1913. Es el más nuevo de los tres. Los alemanes son los que han mantenido el lote completo con el edificio tal como fue concebido, más allá de que tuvo anexiones en las décadas del 60 y 70.

La Iglesia Anglicana tuvo otras intervenciones hacia fines de la década del 60 con un proyecto muy ambicioso que fue motivo de análisis porque aparecen estudios locales reconocidos. Por ejemplo, hay un plano de Jorge Scrimaglio para esa iglesia que nunca se ejecutó. El arquitecto que la hizo tiene otra iglesia en Escocia que es casi idéntica, pero más grande y ubicada en pleno campo. Yo contacté a un centro de arquitectura de Escocia para saber si la tienen catalogada.

¿Qué expectativas tienen en cuanto a la convocatoria de esta edición?

—Hace veinte años que hacemos la Semana del Patrimonio, y ya tiene público cautivo. Lo que en cada año incide en la convocatoria es la institución que elegimos. La última edición, de 2019 -pre-pandemia- estuvo dedicada al Dante Alighieri, que es un colegio centenario, y entonces convoca a mucha gente entre docentes y ex alumnos. En este caso está descontado que vendrá gente de las congregaciones, que no es mucha. Pero hay cierta expectativa por lo que recientemente generó el Open House. Con ese espíritu de abrir puertas a la comunidad, invitamos a toda la comunidad más allá de los cultos. Convocamos desde un lugar cultural y patrimonial para conocer y poner en valor.

Programa de Actividades

Lunes 7/11: Iglesia Anglicana (Paraguay esq. Urquiza)

18.30hs Acto de Apertura
Visita guiada
Coro de Fisherton. Director: Javier Moglione

Martes 8/11: Iglesia Metodista (Salta 2219)

18.30hs Visita guiada
Proyección video institucional
Participación grupo musical

Miércoles 9/11: Iglesia Alemana (Bv. Oroño esq. San Lorenzo)

18.30hs Visita guiada
Coro Vocal Poliphonya. Director: Agustín Cartabia

Jueves 10/11: Iglesia Anglicana (Paraguay esq. Urquiza)

18.30hs Visita guiada
Proyección video institucional
Exposición “Recuerdos de San Bartolomé”

Viernes 11/11: Iglesia Metodista (Salta 2219)

18.30 Visita guiada
Coro de la Universidad del Centro Educativo Latinoamericano. Directora Profesora: Irene Chaina

Sábado 12/11: Iglesia Alemana (Bv. Oroño esq. San Lorenzo)

10hs Visita guiada
Concierto de órgano de Juan Carlos Saez Kovacs

ENTRADA LIBRE Y GRATUITA