Un estudio rosarino vuelve a representar al país en la Bienal de Venecia

Diego Arraigada Arquitectos representará a la Argentina en la Bienal de Venecia 2023 que se inaugura el próximo 20 de mayo. Por segunda vez consecutiva, profesionales de Rosario asumen ese rol de embajadores de la arquitectura del país. La Gaceta dialogó con Sofía Rothman, una de las colaboradoras del estudio, quien antes de viajar a Italia nos dio detalles de la muestra El Futuro del Agua que montarán en el pabellón argentino y manifestó las expectativas que le genera esta experiencia.

por La Gaceta

Rosario lo hizo de nuevo. Por segunda vez consecutiva, un estudio de arquitectura de esta ciudad vuelve a representar a la Argentina en la prestigiosa Bienal de Venecia. Luego de que en la edición pasada (en 2021) el equipo del arquitecto Gerardo Caballero oficiara de embajador local con su propuesta “La Casa Infinita”, este año esa responsabilidad recayó en el estudio Diego Arraigada Arquitectos, que desde el 20 de mayo, cuando inaugure la Bienal, exhibirá en el Pabellón Argentino su muestra “El futuro del Agua”

Ampliando la mirada a una escala más regional se puede sumar al grupo de arquitectos Sustantivo Colectivo, de la ciudad de Santa Fe -que con su propuesta «Vértigo Horizontal» representaron al país en 2018- para destacar que, por tercera vez consecutiva, la curaduría del pabellón argentino en Venecia recae en estudios de la provincia.

La curaduría de El Futuro del Agua estuvo a cargo del arquitecto Diego Arraigada y su equipo de colaboradores y colaboradoras que conforman los arquitectos y arquitectas Sofía Rothman, Paula Pasquinelli, Francisco Falabella, Tomás Marciali, Nicolás Alvarez, Manuel Bianchi, y Facundo Spina.

Por su parte, la Directora de Asuntos Culturales, Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio y Culto de la República Argentina, Paula Vázquez, fue la comisaria.

En noviembre del año pasado, el proyecto del estudio de Arraigada participó del Concurso Nacional para el diseño y curaduría del pabellón argentino en la Bienal y se alzó, tras superar las instancias de las dos vueltas, con el primer premio. La propuesta del estudio de Arraigada se basó a partir del lema propuesto por la curaduría internacional “El laboratorio del Futuro”.

En el texto que fundamenta la temática El Futuro del Agua, que constituye la muestra que se presentará en el pabellón argentino, desde el estudio Diego Arraigada Arquitectos ponen de relieve que, en el marco del Laboratorio del Futuro en Venecia, el pabellón argentino estudia al agua como un elemento que está «fundamentalmente unido al origen y el destino de la vida en el planeta».

«Sus vínculos con la geografía y el clima han moldeado las características de la biosfera durante millones de años, en una relación crítica y perpetuamente activa de la que dependerá también el porvenir. En cualquiera de los escenarios futuros del planeta el rol del agua será primordial», explica el texto.

Y continúa: «El hábitat humano y el agua se han definido siempre mutuamente. Nuestra tecnología y nuestra cultura han desarrollado a lo largo de siglos intervenciones que buscan garantizar su disponibilidad y beneficios al mismo tiempo que controlar sus efectos negativos». 

«Hoy es la misma actividad humana la que ha generado excesos y desbalances: la disponibilidad futura del agua dulce, la capacidad de ríos y océanos para absorber desechos, o la eventual suba de los niveles del mar son aspectos que pueden afectar drásticamente la vida en el planeta», sostiene.

El texto explica que la muestra hace visibles las múltiples facetas del agua a lo largo del territorio y las escalas, y concluye en que «a partir de observar nuestros comportamientos con los recursos hídricos y lo que construimos en función del ellos, podremos interpretar una parte de nuestra relación con el agua y promover reflexiones sobre las acciones futuras».

Al entrar en el Pabellón Argentino nos vemos rodeados de una atmósfera tranquila, levemente onírica, que se abstrae del exterior. Notamos que un fluido ha inundado la parte inferior del Pabellón y que la parte superior permanece intacta. Este fluido es un único color que lo cubre todo hasta una cota perfectamente horizontal a 70 centímetros de altura.

Sobre este líquido intangible unos planos blancos de luz se disponen libremente, con el desorden propio de las cosas que flotan. Estos planos son la parte superior de grandes mesas de luz como las que se encuentran en los laboratorios fotográficos o como mesas de calcado. Sobre ellos, filminas con imágenes agrupadas por tema presentan la exhibición. La luz difusa que baña el espacio acentúa la ilusión líquida del lugar.

La muestra se estructura a partir de un glosario de términos que abarcan todas las escalas del agua. Imágenes relacionadas con cada término se asocian por mesa haciendo emerger correspondencias entre el territorio, las ciudades y una curaduría de arquitecturas argentinas recientes.

Previo a partir a Venecia junto a Diego Arraigada para supervisar el montaje y ajustar detalles, la arquitecta Sofía Rothman -quien en la edición pasada de la Bienal participó del equipo de proyecto de Gerardo Caballero que representó a la Argentina- visitó el Colegio de Arquitectura y Urbanismo Distrito 2 Rosario (CAUD2), y compartió con La Gaceta las expectativas que le genera esta experiencia.

«Estoy muy entusiasmada, al igual que todo el equipo. En todo este proceso de armado del pabellón, del legajo, del proyecto ejecutivo y de los detalles que implica la curaduría, y en los intercambios con Cancillería, fui tomando conciencia de la importancia que tiene la Bienal de Venecia para el mundo», dijo.

Y agregó: «Voy con muchas expectativas, con muchas ganas de recorrer los pabellones y ver de qué está hablando la arquitectura internacional en este momento. No tengo dudas de que va a ser una experiencia inolvidable y quiero aprovecharla al máximo».

Consultada sobre la temática de la muestra, Rothman sostuvo que la misma «apunta a mostrar y atravesar las diversas y múltiples facetas que tiene el agua, en todo nuestro territorio y en todas sus escalas», y explicó que se trató de una propuesta de Diego Arraigada que, conceptualmente, representa una inundación a través de conceptos que constituyen el glosario del agua y que exponen la arquitectura argentina su relación con el agua en mesas que parecen flotar.

En cuanto a las escalas en la que se aborda el agua como elemento, Rothman explicó que estas van desde las cubiertas, pasando por sanitarios, y hasta la idea del agua en una escala más territorial, como son los glaciares.

«En esas mesas iluminadas se podrán ver fotografías de arquitectos y fotógrafos de arquitectura de distintas partes del país que muestran ese contacto, ese encuentro del agua y la arquitectura», sostuvo.