Bruno Bechis: la abstracción de lo cotidiano en el ejercicio profesional

Maderas, ganchos, resistencias y transistores son algunos de los elementos del universo constructivo que el arquitecto Bruno Bechis saca de ese contexto para ponerlos a jugar en otras ligas. Allí pierden su funcionalidad original y cobran otra dimensión en paisajes abstractos montados como maquetas. En diálogo con La Gaceta Arquitectura, Bechis nos cuenta cómo surgió y en qué consiste su muestra “Un movimiento configura proximidad”, que hasta el 8 de marzo puede visitarse en la sede del Colegio de Arquitectura y Urbanismo de Rosario (CAUD2).

por La Gaceta Arquitectura

Con el paso del tiempo, tal vez podremos dimensionar en perspectiva, el rol que cumplió el confinamiento impuesto por la pandemia del 2020 en la generación de proyectos de distinta naturaleza que, en otras circunstancias, posiblemente no se hubieran concretado.

En el caso del arquitecto rosarino Bruno Bechis, esta situación tan excepcional lo impulsó a buscar entre los elementos que tenía a mano en su casa para materializar, con mayor dedicación y compromiso, una búsqueda artística que había comenzado a desplegar un par de años atrás como una vía de escape a las tensiones y responsabilidades propias del trabajo cotidiano en el ámbito de la arquitectura.

Hasta el viernes 8 de marzo, el resultado de esa búsqueda -en rigor, parte de ella- se exhibe en el Espacio Mínimo Emergente del Colegio de Arquitectura y Urbanismo de Rosario en el marco de la muestra «Un movimiento configura proximidad» , organizada por el área de Cultura del Colegio y con curaduría de Sofía Desuque.

«Maderas, clavos, ganchos, resistencias o transistores conforman paisajes visuales generados por lejanías y proximidades sobre superficies. La utilización de restos supone trabajar con el descarte, en su mayoría excedentes de otros proyectos, estas superficies actúan como lienzos donde se desarrollan las composiciones, que surgen de la interacción con lo cotidiano», podemos leer en el texto de sala que invita a recorrer esta muestra.

—Por la naturaleza de las obras que componen la muestra, parece haber una intención tuya por reivindicar el ejercicio cotidiano como arquitecto. ¿Esa puede ser una forma de definir este trabajo? 

—La relación más directa que tienen estas obras con mi quehacer cotidiano como arquitecto, seguramente tiene que ver con la técnica, con la manera de producirla, que se asemeja muchísimo a la forma de ejecutar una maqueta. 

Siempre tuve mucho cariño a la hora de hacer maquetas; elegir los materiales, cuál iba a ser la base, si la iba a pintar o no, y demás. Es decir, es un proceso que en mi formación y en mi labor como arquitecto siempre he disfrutado más allá de cuál era el proyecto sino del objeto de la maqueta en sí. 

La relación con eso es directa. Ahora, de ahí a decir que esas piezas sean maquetas, puede ser erróneo. Porque las maquetas se hacen con un objetivo, que es la manera de verificar un proyecto en escala y poder avanzar con el desarrollo de esa idea con el objetivo a futuro de ejecutar ese proyecto. 

En este caso, no tienen escala, no tienen una función determinada, y tampoco van a ser algo a futuro, sino que ya son un objeto terminado en sí mismo sin otra función más que hacer algo que me gusta mucho y que disfruto. Si se quiere, podríamos decir que las piezas son concebidas como maquetas, pero que no tienen esa función.

Desde la parte técnica, seguramente esto está contagiado por la formación. Pero por otro lado, tiene que ver con hacer algo que no sea trabajar de arquitecto, que es lo que hago todo el tiempo; hacer algo que no tenga que tener la aprobación de nadie, ni que tenga que tener presiones de tiempo y presupuesto ni reglamentos ni normativas. 

Es dejar de lado esas circunstancias y hacer algo que no tiene tiempo ni destinatario, sino algo que me gusta. La relación con la profesión es en lo técnico, y el resto es un escape a ese hacer diario como arquitecto y las responsabilidades que conlleva la profesión. 

—En cuanto a la puesta de la obra, la forma en que están presentadas las piezas, algunas  colgando y otras en plano horizontal ¿Fueron concebidas para verlas así o fue algo con lo que jugaste al momento de exhibirla?

—La decisión de ubicar algunas en forma vertical, o colgadas, y otras en plan horizontal, viene por dos lados. Por un lado fuimos viendo con Sofía y con Mariano la manera de aprovechar de la forma más eficiente el espacio, que tiene proporciones cuadradas, para poder tener mejor circulación del público. 

Y por otro lado, estas obras tienen en uno de sus mayores valores las sombras, y el juego que generan a partir de los distintos tipos de iluminación. 

La ubicación en forma vertical genera un tipo de efecto, y en forma horizontal, otro. Al momento de hacerlas siempre las trabajo en forma horizontal. Esto afecta la conformación y la configuración que va teniendo cada una. Y en vertical cambia la perspectiva, y es interesante por lo que pasa con el punto de vista y el efecto de la luz en ese cambio de disposición.

¿Cómo y de qué forma fue surgiendo la idea de hacer estas maquetas, con esos elementos?

—Hace unos años años atrás (2018, 2019) empecé a dibujar en forma recreativa. Eran figuras humanas y otros tipos de dibujos que no tenían nada que ver con la arquitectura. Y en ese ejercicio totalmente lúdico empecé a dibujar en forma cada vez más abstracta a las personas, porque no era algo que me saliera con tanta facilidad, tal vez por mi formación.

En ese dibujo cada vez más abstracto empezaron a aparecer estas configuraciones buscando las sombras, la tercera dimensión. Y en algún momento, sin saber bien por qué, como una especie de pulsión, o eso tan ligado a la arquitectura de pasar al papel algo que tenga otro formato, que se transforme en otra cosa, empecé a trabajar con recortes de madera a modo de bases.

Muchas de estas bases eran sobrantes de muebles de cocina o de placares que me pasaba el carpintero. Y en base a esas formas y medidas de las bases empecé a trabajar con elementos como tachuelas, broches de abrochadoras, transistores y distintos elementos electrónicos.

Algunos elementos los tenía, y otros empecé a buscar con el objetivo de conseguir una repetición, esta cercanía, y dibujar la sombra. Son objetos que tienen una función determinada que yo no respeto y que, fuera de ese contexto, generan una abstracción. 

Me gustaba esa idea de usar y distribuir esos elementos para lograr situaciones determinadas. Algunas se pueden interpretar como configuraciones urbanas, otras paisajísticas, o hasta de muchedumbres de personas. 

La gran mayoría las hice en el 2020 cuando me agarró la pandemia y quedamos guardados, trabajando con los elementos que tenía a mano en casa. A partir de eso, y teniendo la gimnasia para hacerlas, empecé a producirlas en forma discontinua. No tienen tiempo ni objetivo más que sentarme y disfrutar de ese proceso de creación, como siempre disfruté el hecho de hacer maquetas. 

—¿Qué significa que estas obras que -tal como decís- fueron concebidas como una especie de “escape” al trabajo cotidiano de tu profesión de arquitecto- puedan hoy exhibirse en el Colegio de Arquitectura y Urbanismo de Rosario?

—Que las obras salgan de casa me da mucha alegría. Y el hecho de que se exhiban en el Colegio es un honor, porque le tengo mucho cariño a la institución y al edificio. 

Que me hayan elegido y que les haya gustado lo que hago, ya es algo que me llena de felicidad. Es una alegría enorme que la puedan ver los matriculados y todos los que puedan pasar a verla. 

BIO

Bruno Bechis nace en Rosario, Santa Fe, Argentina en 1978. Obtiene el título de Arquitecto en la Universidad Nacional de Rosario. Actualmente forma parte del ESTUDIO BECHIS ARQUITECTOS, donde desarrolla tareas de proyecto y dirección de obras de diversas escalas. Ha participado en concursos de arquitectura y diseño en los que ha obtenido premios y menciones a nivel distrital, nacional e internacional entre los que se destacan:

Primer Premio en el Concurso para el CMD Noroeste de la Municipalidad de Rosario;  Primer Premio en el Concurso para la Sede del Colegio de Arquitectura y Urbanismo CAPSF-CAUD2; Primer Premio en el Concurso para la Nueva Sede de ACA Salud Rosario; Segundo Premio en el Concurso Nacional para el Centro Cultural de Berazategui; Mención Honorífica en el Concurso Nacional Sede AFIP Rosario; Mención Honorífica en el Concurso Latinoamericano para la Biblioteca del Bicentenario; Trabajo seleccionado Concurso Pabellón Temporal BIAU IX; Primer Premio Concurso Identidad Gráfica BIAU IX; Trabajo seleccionado X Salón Diario La capital Objetos de Diseño Contemporáneos; Muestra “El Espesor de la Distancia” – Galería Subsuelo – Rosario.