Voces de nuestra arquitectura emergente: Miguel Ortego

En esta entrega del ciclo Voces de nuestra arquitectura emergente, destinado a difundir a los jóvenes de la arquitectura de nuestra provincia, el arquitecto Miguel Ortego nos comparte su camino por la profesión y reflexiona sobre el presente y los desafíos de la disciplina. “Los arquitectos y arquitectas no sólo somos diseñadores de espacios, sino también agentes de cambio y solucionadores de problemas”, dice.

por La Gaceta Arquitectura

Miguel Ortego tiene 33 años y es oriundo de San Gregorio, al sur de la provincia de Santa Fe. Es arquitecto por la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Argentina en 2013, representando a la Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño con su proyecto de graduación en Archiprix “World’s best graduation project” en Madrid. 

En el año 2014 recibió el 1° Premio en el Concurso Nacional Clarín-SCA, para estudiantes de arquitectura (Buenos Aires) y fue finalista en el “International Awards for architecture students”, Is Arch 6th edition. Su primera obra fue premiada por el Fondo Nacional de las Artes en el Premio de Arquitectura de 2018.

Ortego indagó en el ámbito académico como colaborador docente ad honorem, en Teoría y Técnica del proyecto arquitectónico en la Cátedra Rois, entre 2013-2016; y como docente auxiliar en la optativa Tectónica Contemporánea en los años 2015 y 2016.

En diálogo con La Gaceta Arquitectura, Ortego respondió el cuestionario que forma parte del ciclo «Voces de nuestra arquitectura emergente», que permite conocer su recorrido personal en la profesión y sus reflexiones acerca de los desafíos y oportunidades que presenta la disciplina.

—¿Cómo viviste el paso de lo académico a lo profesional? ¿Qué diferencias encontraste entre esos dos ámbitos?

—La transición de lo académico a lo profesional representa un proceso de adaptación inevitable. Durante la formación académica, uno adquiere una base de conocimientos generales y habilidades técnicas, un cimiento esencial pero insuficiente para enfrentar la complejidad de la realidad profesional y naturalmente las diferencias existen.

Personalmente, comencé una pasantía en una empresa constructora llamada Fundar, durante mi último año de estudios y tres materias pendientes. En donde sigo desempeñándome en el área de anteproyectos.

En la universidad uno se enfoca en proyectos teóricos y creativos con un margen más amplio para la experimentación, pero también en el análisis de referentes, no hay que olvidar que es una etapa de aprendizaje. 

En el mundo profesional, la arquitectura en la mayoría de los casos se vuelve un hecho real, con consideraciones técnicas, económicas, tecnológicas, plazos, expectativas de clientes y demás factores, como así también intervienen agentes normativos, reglamentarios y burocráticos.

Se aprende o al menos se busca, intentar equilibrar la creatividad con la necesidad de generar proyectos viables y funcionales. Donde la comunicación efectiva y la gestión de los tiempos se vuelven habilidades clave.

—¿Recibís encargos o gestionás tus propios trabajos?

—Bueno sí, pero no vivo de eso. Los pocos encargos que tuve y pude llevar adelante están en el pueblo donde nací, San Gregorio. Y los llevé a cabo en paralelo con mi trabajo en relación de dependencia, aquí en Rosario.

Por lo cual, es muy complicado administrar el tiempo para dedicarle a estos proyectos propios, ya que me gusta invertir mucho en el proceso creativo; y además se suma la distancia. Sin embargo, soy muy afortunado de tener a mi padre también arquitecto, para poder congeniar y llevar la ejecución adelante.

—¿Cómo interpretás el rol de los y las profesionales de la arquitectura en la actualidad y a futuro?

—El papel de las y los profesionales de la arquitectura en la actualidad y en el futuro tiene una importancia fundamental en la respuesta a los desafíos de nuestro entorno en constante evolución. Los arquitectos y arquitectas no solo somos diseñadores de espacios, sino también agentes de cambio y solucionadores de problemas. 

En un mundo cada vez más enfocado en la sostenibilidad y la innovación, los arquitectos y arquitectas desempeñarán un papel crucial en la creación de entornos construidos que sean respetuosos con el medio ambiente y promuevan la calidad de vida.

La arquitectura también evolucionará hacia la integración de tecnologías avanzadas, inteligencia artificial y la adaptación a las cambiantes necesidades sociales, lo que requerirá una mentalidad flexible y un compromiso con la educación continua.

—¿Cómo concebís, y cómo ponés en práctica, el cruce de la arquitectura con otras disciplinas?

—El cruce de la arquitectura con otras disciplinas se revela como una práctica esencial para abordar los desafíos actuales. La colaboración cercana con disciplinas complementarias como la ingeniería, el urbanismo y asesores especializados se vuelve prácticamente inevitable para garantizar que los edificios se integren de manera eficiente y cumplan con ciertos estándares, sobre todo cuando trabajamos en proyectos de gran escala.

Por otro lado, en mi trabajo más personal de escala pequeña, busco la cercanía con disciplinas aparentemente menos directas, aunque no por ello menos afines a la arquitectura. Explorando campos como la literatura, la filosofía, la fotografía, el paisaje, la escultura y otras manifestaciones artísticas, lo que contribuye a la diversidad de enfoques y enriquece la práctica arquitectónica.

—¿Qué obstáculos encontrás en el desempeño profesional y cómo considerás se pueden sortear?

—Hacer arquitectura se presenta como un desafío inherente, un camino de obstáculos. Resulta interesante cómo, con el tiempo, el arquitecto parece alcanzar cierta madurez profesional pasados los 40 años, hoy con 33 años, algo de experiencia en el mercado laboral local y unas poquitas obras realizadas; en este punto, puedo afirmar que el obstáculo más significativo reside en la dificultad de comprender nuestras propias ambiciones. ¿Qué deseamos lograr?

Esta pregunta resuena cotidianamente en mi labor, y enfrentarla con honestidad y autoevaluación continua se convierte en un trabajo interno constante.

La forma de sortear cualquier estancamiento, radica en la acción. En este proceso de hacer, descubrimos quienes somos como arquitectos y cómo deseamos moldear nuestro futuro en el intrincado campo que es la arquitectura.

—¿Qué consejos podrías dar a los y las estudiantes de arquitectura?

—Siendo sincero, no me creo capacitado para impartir consejos, pero me permito decirle a las y los estudiantes de arquitectura que mantengan su pasión por esta disciplina, especialmente su curiosidad y la buena costumbre de hacer preguntas. 

La arquitectura, a la vez desafiante y estimulante, puede llevar a momentos de frustración y estrés, pero la dedicación y la búsqueda constante de conocimiento y crecimiento resulta esencial en este camino. No teman a cometer errores, ya que paradójicamente, son las mejores oportunidades para aprender.

Obras publicadas (en orden de aparición):

-Portada: «Casa en el acceso al pueblo» (Residencial. San Gregorio, Santa Fe. 2018-2023)

-«Atelier para recibir artistas» (Concepto. Resistencia, Chaco. 2019)

-«El peso del vacío» (Refacción Sala Velatoria. San Gregorio, Santa Fe. 2018)

Más información sobre el estudio MO, aquí.

*El ciclo “Voces de nuestra arquitectura emergente”, de La Gaceta Arquitectura, tiene como objetivo principal difundir el trabajo y el pensamiento de jóvenes referentes de la arquitectura y el urbanismo de nuestra
provincia.

El título expresa la intención de este ciclo, que busca que sean los y las protagonistas de esta nueva generación quienes relaten sus experiencias y expresen sus inquietudes y sus visiones en torno al ejercicio profesional.

El plantel de jóvenes profesionales sub-36 que participan de la Muestra Argentina de Arquitectura y Paisajismo Emergente (MAAPE), que el Colegio de Arquitectura y Urbanismo de la Provincia de Santa Fe (CAUPSF) es representativo de este segmento. Por lo tanto, aparece como más que oportuno comenzar a recoger de allí las primeras «Voces de nuestra arquitectura emergente».