La experiencia mendocina: un aliento para que Santa Fe apruebe su Ley de Ordenamiento Territorial

El ministro de Planificación e Infraestructura Pública de Mendoza, el arquitecto Mario Isgro, participó en la última edición del Congreso Hacia la Equidad Territorial (CHET) Rosario-Victoria con una disertación sobre la Ley de Ordenamiento Territorial vigente en esa provincia. Previo a ese evento, se reunió en el Colegio de Arquitectura y Urbanismo de Rosario (CAU D2) con referentes santafesinos de esas disciplinas, muchos de los cuales trabajaron en un proyecto de ley similar que cuenta con media sanción. En esta entrevista, con La Gaceta Arquitectura, el funcionario mendocino explica la importancia que tiene esta herramienta y los beneficios que reporta.

por La Gaceta Arquitectura

El XVI Congreso Hacia la Equidad Territorial (CHET) que se llevó a cabo el 9 y 10 de noviembre pasados entre las ciudades de Rosario y Victoria con organización del CAUPSF y el auspicio de FADEA colmó las expectativas y despertó (y en algunos casos reactivó) el interés por las temáticas que expresaba el lema de esta edición: “El agua como organizador de territorios”, con el río Paraná y su relación con el entorno urbanístico como protagonista excluyente.

En este congreso, un panel que generó gran interés fue el que expuso la experiencia de la provincia de Mendoza, que estuvo a cargo del ministro de Planificación e Infraestructura de esa provincia, el arquitecto Mario Isgro, y la Subsecretaria de esa área, la arq. Ángela Gatti.

Ambos participaron activamente en el proceso de la Ley de Ordenamiento que tiene Mendoza y que constó de dos fases: la primera en 2009, cuando se aprobó lo que definió los usos del suelo; y la de 2017, cuando se aprobaron los instrumentos de planificación que hacen al desarrollo y la puesta en funcionamiento de esa normativa.

Al momento de realizar un balance del CHET, el presidente del CAUPSF, el arquitecto Rubén Palumbo, destacó la exposición de los referentes mendocinos, subrayando el planteo esperanzador que deja la experiencia de Mendoza y la importancia de que la ley se apruebe. “Aunque la ley pueda ser algo muy general, es más importante contar con eso a  no tenerla aprobada. Ese consejo fue muy valioso y quedó flotando en el ambiente del congreso: la necesidad de hacer y trabajar para que Santa Fe tenga ley”, dijo. 

Previo a la realización del CHET y coincidente con la conmemoración del Día Internacional del Urbanismo, el 8 de noviembre, Mario Isgro participó en la sede del CAU D2, Rosario, de un encuentro con arquitectos y urbanistas locales, autoridades académicas, máximas autoridades y miembros de comisiones de trabajo del Colegio, y referentes de estas disciplinas que trabajaron en la confección del proyecto de Ley Provincial de Ordenamiento Territorial de Santa Fe.

En ese ámbito, Isgro se interiorizó sobre el avance del proyecto de Ley en la Lesgislatura (cuanta con media sanción en Diputados y se espera que el Senado le de la aprobación definitiva) y sobre las etapas de consultas, de participación de municipios y comunas, y de debate y analisis que le fueron dando forma.

En diálogo con La Gaceta Arquitectura, el ministro Mario Isgro comparte algunos detalles de la experiencia de Mendoza a partir de la aplicación de esta Ley, aporta su mirada sobre el avance de la normativa en Santa Fe, y explica los beneficios que este instrumento representa a nivel estratégico. 

—Previo a tu participación en el CHET, participaste en el Colegio de Arquitectura y Urbanismo de Rosario de una reunión con referentes provinciales de estas disciplinas, muchos de los cuales trabajaron en el proyecto de Ley de Ordenamiento Territorial que se busca aprobar en la Legislatura. ¿Considerás que la ley que rige en Mendoza aparece como un espejo en el que puede reflejarse Santa Fe para replicar esa experiencia?

—Creo que sí, porque así como ocurre con otras disciplinas en lo que tiene que ver con la arquitectura y el urbanismo, Santa Fe tiene un camino recorrido muy importante y se encuentra ante la posibilidad de aprobar muy pronto esa ley. 

En Rosario pude tomar contacto y dialogar con varios actores de esta disciplina, algunos en la función pública y otros en el desarrollo de la profesión en el ámbito privado. Pude observar que hay un objetivo común que está muy claro. 

Me refiero a que todos los actores que han estado trabajando en ese cuerpo de ley tienen muy claro los conceptos y sobre todo el objetivo, que es para qué serviría tener ese marco de ley.  

El intercambio que se está produciendo con Mendoza es muy rico, pero no porque Mendoza aparezca como un modelo para Santa Fe, sino porque nuestra provincia puede contar y trasladar la experiencia de algo que ya se aprobó. 

—¿Y qué importancia tiene, en ese sentido, el aporte de la experiencia mendocina en el CHET?

—La subsecretaria de Planificación de la Provincia de Mendoza, la arquitecta Angela Gatti, expone en el congreso el cuerpo, el contenido, de lo que fue el proceso de nuestra ley; la ley en sí misma, su aplicación, y lo que ha podido surgir a partir de que tenemos ese poncho o paraguas que nos permite hacer otras cosas desde lo urbano. Y cuando digo “lo urbano” no sólo lo hago a nivel de la traza arquitectónica, sino de acciones sociales importantes en una comunidad y en otras áreas agrícolas.

Por mi parte, el aporte que hago en el CHET es más general dentro de lo que es esa presentación, y tiene que ver con poder compartir con los santafesinos y entrerrianos esa inspiración o ese ánimo para que terminen de aprobar sus leyes. Porque después, con esas leyes aprobadas, podemos hacer trabajos conjuntos. 

Todo lo que la ley ampare, proteja, o signifique un carril enjabonado para que las cosas vayan más rápido, se puede trabajar en conjunto. Y ahí empieza a trabajar más el territorio, porque por más que estemos a más de mil kilómetros de distancia, componemos la franja central de la Argentina, donde suceden cosas como el transporte, y tantas otras que podemos trabajar en forma conjunta. En ese sentido, la ley nos ayuda a que todo se pueda hacer mucho más rápido y en forma eficiente. 

—¿Qué beneficios aportó para el ejercicio profesional y para la comunidad en general?

—Espontáneamente todos saben cómo se debería usar el suelo, lo que pasa es que, si no hay una ley, ese estudio macro -ya sea en un master plan o un estudio territorial- le gana al proyecto estratégico, que es algo más chico. 

Es decir; pensemos en una zona industrial, o en una serie de edificios, o en un complejo educativo. Si no tenemos contextualizado cómo usar el suelo, si no contamos con datos que indiquen dónde debe ir cada uno, en base a los usuarios, a un estudio poblacional, todo se hace inviable. En ese sentido, la ley te ayuda a tener muy bien definido e interpretado, y cómo se debe usar el suelo. La ley ayuda a respetar su uso.

Los beneficios impactan en proyectos chicos y en proyectos más grandes que los van a ver las próximas generaciones, o nosotros mismos cuando seamos más grandes. Porque el impacto sobre cómo se optimiza o se mejora el uso del suelo es algo que se ve mucho más tarde. 

Y después, aparecen mejoras en acciones que no son directamente en materia de urbanismo sino en acciones sociales que pueden hacer las provincias. Y algo que es muy importante, es que con la ley se ayuda al municipio a poder tomar decisiones. Porque el municipio tiene como trabajo diario atender al vecino. A la hora de planificar el suelo, lo hace según la estructura que tenga y sus posibilidades. Pero es muy difícil que un municipio pueda tener un abordaje intermunicipal, en cambio la provincia sí. 

—En el caso de la provincia de Santa Fe, los municipios y comunas presentan realidades muy dispares; con necesidades y problemáticas acordes a su escala y a sus particularidades ¿En el caso de Mendoza el escenario es más uniforme?

—En el caso de Mendoza es muy similar. A modo de órganos de consulta, con la Intermunicipal, que es una mesa de consulta con todos los municipios, quizás no sea el mismo trabajo. Porque una cosa es hacerlo con 18 municipios, como tiene Mendoza, que con la cantidad que tiene Santa Fe, que es muy mayor. 

Por otra parte, en Santa Fe hay comunas más pequeñas que tienen también la conformación de municipios. En Mendoza tenemos ciudades importantes o pueblos que son comunas, pero que están dentro de un municipio más grande. Entonces, el trabajo se simplifica. 

A los fines prácticos, cuando se arma esa mesa, todas las municipalidades, pueblos y comunas asisten, al igual que comunidades pequeñas que están en zonas agrícolas -en el caso de Mendoza en zonas desérticas- y que fueron objeto de participación y consulta. 

A la hora de que el poncho cobertor o paraguas que implica esta ley esté socializado y participado por todos, luego, cada quien en su espacio lo hace con la tranquilidad de que ese marco legal es producto de la participación. 

Esta ley no podría venir hecha por la provincia y comunicar a los municipios qué deben hacer y qué no. El modo en que Santa Fe viene trabajando la ley, es el camino correcto, y creo que va a llevar a un resultado que permitirá que luego, en la práctica, cada municipio va a poder enfocarse en su plan de ordenamiento territorial, y terminar de componer lo estructural de la ley más grande. 

Por eso es importante que no haya temores en los municipios y en los gobiernos provinciales, porque lo que va a provocar la ley es que el ordenamiento que ya se hace espontáneamente, se haga bajo el marco de esa ley. 

Y, sobre todo, seguir trabajando permanentemente, que es lo que la ley te permite. Porque, ciudades y zonas agrícolas, son suerte de organismos vivos, dinámicos. Y esta ley te permite seguir trabajando siempre en la actualización de los planes territoriales de los municipios. 

Entonces, lejos de un temor, la ley le da una garantía a los intendentes e intendentas, y a gobernadores y gobernadoras, de poder tener este socio estratégico que es la ley que ordena el territorio.