por La Gaceta Arquitectura
En la tarde del miércoles 13 de diciembre pasado, el Colegio de Arquitectura y Urbanismo de Rosario (CAU D2), a través de su Comisión de Derechos Humanos, inauguró el Archivo Digital de la Memoria para recordar y reivindicar a colegas y estudiantes de arquitectura desaparecidos/as y asesinados/as por el terrorismo de Estado.
En el Patio de la Memoria de la sede de avenida Belgrano -junto a las placas que los y las recuerdan con sus nombres- familiares, compañeros/as, autoridades del CAU D2, miembros de la comisión, y referentes locales de derechos humanos, protagonizaron una jornada histórica, emotiva y movilizante.
En las palabras de las integrantes de la Comisión de Derechos Humanos en el acto de inauguración, se destacaron los agradecimientos a las autoridades del Colegio por acompañar esta iniciativa, a la que definieron como una deuda histórica que ahora se salda para posicionar a la institución como una de las pocas en la ciudad que cuenta con un registro de estas características.
“El 24 de marzo pasado inauguramos una placa en conmemoración de nuestros compañeros desaparecidos y asesinados por el terrorismo de Estado. Luego, logramos que el Colegio nos brinde este espacio y nombrarlo como Patio de la Memoria. A partir de ahí, decidimos empezar a recopilar datos de estos compañeros para armar un archivo”, explicó la arquitecta Viviana Nieto, referente de la Comisión.
Un detalle que Viveca puso de relieve para describir el espíritu de esta iniciativa es que buscaron evitar la mera colocación de una placa con el nombre de las víctimas, sino “que sea algo más vivo”. “Queríamos recuperar la parte humana de esos colegas que hoy tendrían que estar haciendo arquitectura, caminando por acá, cruzándose con nosotros en forma cotidiana”, sostuvo.
El desafío, entonces, fue comenzar a contactar a familiares y amigos que pudieran aportar alguna anécdota, un dato, un chiste, cualquier cosa que no sólo haga mención a su recorrido académico, profesional o militante, sino que dé cuenta de sus deseos, sus gustos, sus amores. En definitiva, un registro de la dimensión humana.
El resultado fue la creación de un archivo digital que permite acceder, mediante el escaneo de un código QR con un teléfono celular o ingresando a la web del CAU D2, a una serie de datos biográficos de arquitectos y estudiantes desaparecidos/as, y al registro audiovisual del testimonio de personas que los conocieron y que reconstruyen algunos tramos de su vida.
La arquitecta Silvia Moratello, miembro de la comisión, precisó que entre los y las colegas y estudiantes que conforman el archivo, no todos/as eran oriundos de Rosario. «Algunos habían pasado por esta ciudad como estudiantes, y se relacionaron con gente de aquí. Por lo tanto, nos pareció que era apropiado incluirlos», dijo.
Desde la comisión reconocieron y agradecieron el apoyo recibido por parte de las áreas de Cultura y Comunicación del Colegio, y en especial a la labor de Agustín Indelangelo, responsable de realizar las entrevistas, registrar el material audiovisual, y dar forma al archivo.
Hasta la fecha, el archivo cuenta con 29 estudiantes y colegas desaparecidos y asesinados de los cuales se tiene conocimiento, y se espera que, con la colaboración y el compromiso de la comunidad, se pueda ampliar el testimonio sobre la vida de cada uno de ellos.
Viviana Nieto destacó que el Archivo Digital de la Memoria viene a concretar el objetivo fundante de este grupo de mujeres arquitectas que comenzó a trabajar en este espacio de debate en 2022. “El anhelo fundacional de nuestra comisión fue recuperar la memoria de aquellos compañeros desaparecidos. A partir de eso, vinieron otros temas en los que fuimos trabajando. Pero nos reunió esa primera necesidad”, dijo.
Su compañera de comisión, Irene Pereyra recordó que, hasta la creación de este espacio de trabajo, la participación del Colegio en derechos humanos se limitaba a la conmemoración del 24 de marzo, a la participación de un grupo de mujeres en las marchas, y a la inauguración de un mural en el ingreso al ex Centro de Arquitectura y Diseño El Túnel, espacio del CAU D2 que funcionó en el subsuelo del Pasaje Pan hasta 2019.
“El objetivo de crear un archivo con colegas y estudiantes detenidos y desaparecidos por el terrorismo de Estado fue lo que nos reunió y lo que, de alguna manera, nos puso a trabajar en una dirección, con un funcionamiento constante”, precisó Irene Pereyra.
La Coordinadora de Comisiones del CAU D2, Nora Volpatti, ratificó lo expresado por su colega. «Desde que nació la comisión, ellas trazaron una línea de trabajo y no se desviaron nunca de eso. Y otra cosa importante para destacar es la armonía de este grupo, porque nadie lidera; todas son muy compañeras y trabajan juntas en pos de los objetivos que las convoca. El Patio de la Memoria y el Archivo Digital es fruto de todo eso”, sostuvo.
Un ejercicio necesario
«Nuestra profesión tiene mucho que ver con los derechos humanos. El acceso a una vivienda digna, el sostén de la vida, son inherentes a nuestra labor profesional», explicó Irene durante la inauguración del archivo, y llamó a sus colegas a trabajar en esa dirección y a colaborar para nutrir los testimonios.
Y agregó: «Tenemos un trabajo por delante junto a la Facultad de Arquitectura de la UNR, porque la universidad está trabajando en su archivo y logró recuperar legajos y diplomas de esos colegas arquitectos y estudiantes. Tienen planeado entregar esos documentos a sus familiares».
Presente en el acto, la coordinadora del área de DDHH de la Facultad de Arquitectura, Olivia Bayo, ratificó este dato y valoró el trabajo realizado por el Colegio en esta materia. «Es muy importante que una institución como ésta cuente con un espacio de la memoria y que aporte este archivo», afirmó.
La Secretaria del CAU D2, María González Spangenberg, aportó una anécdota de sus años de estudiante universitaria para graficar el modo en que es percibida por una parte de la sociedad la lucha por mantener viva la memoria de los y las detenidas/os desaparecidas/os y lo necesario que resulta dar un significado a esta labor:
«Cursando en el año 1996, se cumplía el vigésimo aniversario del Golpe de Estado. En la facultad, le propusimos al Negro Andino hacer un mural con venecitas alusivo a la fecha. Él hizo un dibujo con el nombre de cada uno de los estudiantes y docentes desaparecidos y, luego, a eso lo plasmamos en un mural que todavía se encuentra en la facultad. Recuerdo que, cuando pasamos por los cursos informando que íbamos a inaugurar ese mural, algunos estudiantes nos planteaban que esas personas ‘algo habrían hecho para terminar desaparecidas’. Eso nos generó un debate», contó.
Y concluyó: «Finalmente entendimos que sí; que estaban haciendo algo: estaban soñando y luchando por un país mejor, por una universidad pública, por el comedor universitario, por el medio boleto, y por una sociedad más justa. Hoy tenemos algunas de esas cosas, pero falta un montón, y más que nunca se hace necesario defender esas banderas».
Marta Ronga, miembro de la Comision de DDHH y ex detenida durante la dictadura, recordó el camino transitado desde que se conformó ese espacio de trabajo en el ámbito del Colegio y consideró que hay que avanzar con la señalización de espacios de memoria. «Necesitamos contar lo que pasó y mantener viva la memoria de nuestros compañeros. Quienes visiten esta ciudad tienen que saber lo que ocurrió acá, y tienen que saber que hay genocidas que aún siguen libres», afirmó.
Un momento emotivo del acto que se llevó a cabo en el Patio de la Memoria del CAU D2 fue cuando tomó la palabra el arquitecto Daniel Zárate y pidió evocar a esos compañeros y compañeras por medio de sus apodos, como una forma de humanizarlos y mantenerlos presentes lejos de la solemnidad, recuperando el trato cotidiano.
Viviana Nieto se sumó a esa propuesta y señaló que es importante no perder de vista que esta iniciativa «se hace con mucho amor, que es algo fundamental». «Siento este acto como un gran abrazo, muy necesario para encarar estos tiempos que nos toca transitar», agregó.
Sobre el final del acto, se leyeron los nombres de los 29 arquitectos/as y estudiantes asesinados y desaparecidos por el terrorismo de Estado recordados en las placas y que ahora forman parte del archivo digital del CAU D2:
Argüello, Isauro César Julio; Ballerio, Néstor Américo; Catena, Mario Luis; Ciancio, Ana María; Coccoz, Javier Ramón; Colombo, Osvaldo; Coutada, Norma Horizontina; Ferraza, Horacio Lisandro; Fluxa Peirano, Héctor Luis; Gazzano Bertos, María Victoria; Gómez, Ileana; Irurzun, Hugo Alfredo; Machi, Horacio Roberto; Márquez, Elena Cristina; Milito, Raúl Enrique; Mocarbel, Aníbal Artemio; Molina Jorge Carlos; Molina, José María; Paciaroni, Víctor Hugo; Pamies, Gladys Nelly; Patiño, Héctor Mario; Puyol, Norberto Victoriano; Ritvo, Moisés Alberto; Ruffa, Jorge Luis; Santa Cruz, Julio Ángel; Stegmayer, Roberto Bernardo; Ulla, Jorge Alejandro; y Planas, Cristina Isabel.
A cada nombre mencionado, los y las asistentes respondieron en coro con un “presente!”. Luego, por sobre los aplausos, sonó fuerte la proclama de una certeza que hoy, a 40 años de democracia y ante un escenario que se presenta adverso para las políticas de memoria, verdad y justicia, renueva su significado: “Son treinta mil!”.
-Se puede acceder al archivo haciendo click aquí.
–En caso de tener datos sobre profesionales de la arquitectura o estudiantes de esa carrera asesinados o desaparecidos por el terrorismo de Estado, contactarse a: comunicaciones@cad2.org.ar