Trelew: ejercicio de la memoria en torno a la rehabilitación de un sitio emblemático

La Comisión de Derechos Humanos del CAUD2 conmemoró el 52° aniversario de la Masacre de Trelew con una nueva edición de su ciclo CineArq dedicada a recordar a las víctimas de aquel hecho y poner en valor la rehabilitación como Sitio de la Memoria de la Base Almirante Zar, donde fueron fusilados los 16 militantes. La arquitecta Cecilia Ferreño, a cargo de esa tarea, participó del evento y compartió su experiencia personal y profesional en torno a ese proyecto.

por La Gaceta Arquitectura

Por iniciativa de la Comisión de Derechos Humanos del Colegio de Arquitectura y Urbanismo de Rosario (CAUD2), en el marco del ciclo CineArq, el 20 de agosto pasado se llevó a cabo en el auditorio de la sede de avenida Belgrano una jornada dedicada a mantener viva la memoria por la Masacre de Trelew a 52 años de aquel trágico suceso ocurrido el 22 de agosto de 1972 en el Penal de Rawson en el que fueron fusilados 16 jóvenes militantes del ERP y Montoneros tras un intento de fuga.

Esta edición especial de CineArq contó con la presencia y la exposición en el auditorio de la arquitecta Cecilia Ferreño, quien dos años atrás estuvo a cargo de la rehabilitación de la Base Almirante Zar (donde ocurrieron los acontecimientos) como Sitio de Memoria. Ferreño introdujo la charla con tres breves documentales sobre la masacre de Trelew y luego mostró fotos y documentos de los trabajos realizados en el edificio de la Base y compartió detalles con los y las presentes.

De la jornada participaron las integrantes de la Comisión de Derechos Humanos del Colegio; profesionales; y referentes de organizaciones sociales de la ciudad. También estuvieron presentes la concejala Norma López, autora de la iniciativa que declaró al evento de interés del Concejo Municipal; y Manuel Navarro, uno de los detenidos que logró sobrevivir a aquel trágico intento de fuga.

En diálogo con La Gaceta Arquitectura, Ferreño comparte detalles de la obra que dirigió para la reconversión del Sitio de Memoria en la Base Almirante Zar y explica cómo organizó su exposición en el auditorio del Colegio. «Para la exposición del colegio, pensé que habría gente joven que no supiera de este hecho. Cosa que no pasó. Por eso decidí exhibir tres documentales breves que cuentan qué fue lo que pasó. Uno es un compilado de la TV Pública; otro cuenta los hechos con fotos e historietas en forma muy didáctica; y el tercero es el trailer de la Película “Trelew: la fuga que fue masacre”, dice.

—¿Cómo te vinculaste con el proyecto?

—En 2022 yo trabajaba en COVIARA, una empresa del Estado dependiente del Ministerio de Defensa de la Nación. Desde la Jefatura de Gabinete de esa cartera se emite un expediente para la ejecución del Espacio de la Memoria donde ocurrió la masacre de Trelew. Puntualmente, se encuentra ubicado dentro de la Base Almirante Zar, perteneciente a la Fuerza  Aérea. 

En verdad, el expediente lo encontré de casualidad en un cajón. Y cuando lo tuve, lo activé con urgencia para no dejar pasar la oportunidad. El trabajo se consensuó en una reunión que hicimos con el Gabinete, la empresa donde yo trabajaba, el Ministerio de DDHH de la Nación, y familiares de víctimas de la masacre. Además participó gente del Sitio de la Memoria del Aeropuerto de Trelew y de la oficina de DDHH de la Provincia. 

El Sitio de la Memoria es un espacio definido como tal por el Estado Nacional y allí estaban las celdas. A raíz del juicio que en su momento logró encarcelar a los victimarios, se había hecho un peritaje por parte del Conicet que permitió reconstruir lo que habían hecho los militares con la estructura de ese lugar.

Entre otras cosas, eliminaron las paredes, pusieron un piso de cerámicos encima del existente para ocultar la sangre porque no se puede quitar de los graníticos, demolieron las paredes, e instalaron allí una oficina de recursos humanos. 

—¿En qué consistía la propuesta?

—El objetivo de esta restauración, que se hizo en 20 días, era que, a 50 años de la masacre, las familias de las personas asesinadas pudieran entrar por primera vez al espacio donde ocurrieron los hechos. 

Una vez inaugurado, ese 22 de agosto del 2022, los familiares y las personas que asistieron realizaron un recorrido por el Penal de Rawson, luego se trasladaron al aeropuerto -que es dónde pudieron escapar sólo seis de los fugados, porque los otros no llegaron-, y desde allí se dirigieron a la Base Almirante Zar, donde ingresaron los familiares en forma exclusiva. 

—¿En base a qué información se realizó la reconstrucción del lugar?

—Cuando hicieron ese peritaje hicieron una reconstrucción del espacio a partir de planos que habían realizado tres sobrevivientes. Eso sirvió para conocer cómo estaba ejecutado el espacio de las celdas.

Sobre esa base se hizo el peritaje. Se habían pelado todas las paredes, porque estaban las balas incrustadas en la pared. En algunos casos atravesaron la pared. 

—¿En qué consistieron los trabajos?

—Para recuperar ese espacio hubo que hacer tres trabajos específicos. En principio, recuperar las aberturas, porque perdía agua y se estaba arruinando el lugar. Como Sitio de la Memoria, se habían instalado fotos con la historia de cada una de las personas que ocupaban las celdas, y se estaban dañando las paredes. 

Además, había una parte del edificio donde levantaron una pared sin cimientos, la cual tuvimos que sacar porque se caía a pedazos y originalmente nunca existió.

En segundo lugar, hicimos la demolición y la adecuación de todo el espacio que fue construido posteriormente y que no se correspondía con el espacio original. 

Y por último, reconstruimos el tótem de la memoria que se encontraba en la entrada de la Base para recordar la masacre ocurrida allí. Se encontraba sin iluminación, totalmente destruido, abandonado, sin pintura y con el revoque salido. Podemos decir que estaba intencionalmente deteriorado.

—¿Qué significó para vos, a nivel profesional y humano, haber participado de ese proyecto?

—A nivel personal, fue muy fuerte. Yo tenía 14 años cuando ocurrió la masacre. Y, aunque sabía lo que había pasado, no conocía todos los detalles. Fue una experiencia muy movilizadora trabajar en el lugar donde fueron asesinadas esas personas. 

La gente con la que trabajé pertenecía a una cooperativa, un equipo que vino de Río Gallegos y que trabajaba a cualquier hora con tal de llegar a tiempo. Yo dirigí la obra custodiada por esta gente que fue muy solidaria. 

Me quedé varios días en ese espacio haciendo el seguimiento. Las obras de arquitectura eran una excusa para algo más simbólico, porque se trataba de reparar pequeños detalles que fueron significativos para permitir que las familias de los masacrados visitaran por primera vez ese espacio.

22 de agosto en Trelew- La masacre

por Arq. Marta Ronga*

La tarde era desapacible, pero el clima del Auditorio del Colegio de Arquitectura y Urbanismo de Rosario latía al ritmo de las palabras de la arquitecta Cecilia Ferreño, que nos contaba cómo intervino en la Base Almirante Zar para rehabilitar el sitio que hoy, y desde hace 52 años, honra la memoria de los 16 presos políticos asesinados en la puerta de sus celdas aquel 22 de agosto de 1972.

La concejala Norma López, allí presente, entregó la declaración de interés por parte del Concejo Municipal de Rosario a la Comisión de Derechos Humanos del Colegio.

La palabra después circuló muy joven y prometedora en la voz del decano de la Facultad de Arquitectura, Paisajismo y Diseño de la UNR, también presente en el auditorio. Y sonó poderosa en el relato de Manuel Navarro, sobreviviente de aquel intento de fuga.

Varias intervenciones, pertinentes, respetuosas y valiosas, validaron las imágenes que se proyectaron. Y no fueron pocas las lágrimas silenciosas.

En esta conmemoración, la historia se hizo presente con toda su potencia. Y la palabra, se hizo esperanza, fortaleza, bastión de memoria. 

*Marta Ronga es arquitecta y ex presa política durante la última dictadura cívico-militar e integrante de la Comisión de Derechos Humanos del CAUD2-Rosario.