
por La Gaceta Arquitectura
El Colegio de Arquitectura y Urbanismo de la Provincia de Santa Fe, Distrito 2, Rosario, anunció la prórroga hasta el 21 de octubre del plazo para la postulación al Premio Anual Obra Construida 2024.
Desde las redes y por este medio, el Colegio difundió una serie de testimonios de arquitectos y arquitectas cuyas obras obtuvieron distinciones en ediciones pasadas de este certamen instando a sus colegas a que participen.
Con ese mismo objetivo, La Gaceta Arquitectura dialogó con el arquitecto Gerardo Caballero, mentor de esta iniciativa surgida en 2020 y que ya va por su quinta edición consecutiva.
—¿Por qué considerás que es importante que los y las profesionales participen en el Premio Anual Obra Construida?
—En principio, porque, más que un premio, es una especie de reconocimiento por parte del Colegio a aquellos trabajos de sus profesionales que trascienden el encargo. Me refiero a aquellos trabajos que no sólo han respondido a ese encargo, sino que han tenido otra ambición aún mayor.
A veces, esa búsqueda puede pasar por la relación de la obra con el territorio, con la relación con la ciudad, con el contexto, con el medio, o con la cultura. Lo que se premia es ese interés por ese “algo más”, por esa propuesta que trasciende el pedido.
El premio tiene muchas categorías. Hay lugar para obras chicas, pequeñas reformas, obras grandes, trabajos institucionales, entre otras. Esto responde a la idea de que la arquitectura no pasa por el tamaño de las obras ni del tipo de encargo que las origina, sino por el valor que uno le da, que es lo que las termina prestigiando.
Además, participar de este premio es una manera de formar parte de un colectivo de profesionales, y de dar a conocer lo que hacen aquellos y aquellas colegas que trabajan en lugares no tan visibles.
Este premio ofrece la posibilidad de tener un panorama de la situación; conocer cómo está la arquitectura en nuestro medio, cuáles son los intereses actuales y cuáles no, qué tipos de proyectos se están haciendo, entre otras cosas.

—¿Qué le dirías a quienes dudan de participar, tal vez pensando que sus obras no merecen postularse porque no están a la altura?
—Todo trabajo que se hace con amor y dedicación, tiene un valor. Aquellas personas que se interesan por lo que hacen, se tienen que presentar a este premio. Por más pequeña o insignificante que uno piense que pueda ser una obra, siempre hay un valor, que a lo mejor no se lo da uno pero sí lo descubre el jurado.
Se suele decir que el foráneo ve más que el lugareño. Al volver a una obra propia después de un tiempo, podemos verla con otros ojos, como si uno fuera un foráneo. A veces, esa distancia crítica te permite ver algo en tu propia obra que en su momento, no viste.
Además, postular obra es una manera de exponerte, en el buen sentido de la palabra. Me refiero a exponerse ante otros colegas, ver lo que hicieron los otros, ver qué pasa con la obra en la valoración del jurado. Yo creo que no es cuestión de presentarse pensando en ganar, sino de hacerlo para participar de una movida que es mucho más amplia, porque también es cultural.
Cuando se hizo la primera convocatoria a este premio, luego se hizo una edición muy importante de la revista 041 -una publicación muy prestigiosa, ya de culto- y allí se publicaron los 96 proyectos que participaron. Por eso digo que participar del premio es una manera de trascender, de estar en un colectivo.

—Postular una obra construida implica volver a analizar un proyecto propio. ¿Considerás que ese ejercicio también es algo alentador para participar?
—Sí, es un atractivo más ese ejercicio. Uno muestra su obra en la medida que la entiende, que la reconoce. Uno ahí está obligado a revisitar el trabajo; ver cómo está esa obra hoy en día, fotografiarla si es que no lo hiciste en su momento, o volver a hacerlo. Es una linda manera de volver a las cosas que uno ha hecho.
A lo mejor tenés que re-escribir una memoria, o escribirla por primera vez, explicar el trabajo a colegas, y ya no al cliente. Es una instancia muy distinta, y me parece que es algo muy interesante. Este premio te fuerza a eso, te estimula.
Eso que proyectamos y que luego se construyó, es un eslabón en toda nuestra obra como lo es un libro en la obra literaria de un escritor. No está recortada perfectamente, porque podemos ver allí cuál fue el trabajo anterior y cuál el siguiente; viene con una especie de flecha que señala algo en la trayectoria.
En la locura del trabajo, muchas veces no nos detenemos a pensar algunas cosas porque no hay tiempo; hay que hacer, y eso te obliga a tomar decisiones por fuera del “mundo ideal” que predomina cuando estás en un concurso.
En su momento, estás apremiado por el mundo que hay alrededor del proyecto, donde están la presión del dinero, del cliente, del programa, de la normativa, del constructor. Es un mundo concreto.
Pero también hay otra instancia, que es el mundo abstracto de tus pensamientos filosóficos, de lo que pensás de la arquitectura, de lo que te interesa, tus reflexiones. Ese es el mundo de lo intangible, que es complejo, que está en el aire, y al que es difícil acceder.
Es decir, la arquitectura es una construcción física, pero también es una edificación mental. Cuando uno hace una obra, esta parte de la especulación intelectual también está presente. Y siempre es bueno encontrar la oportunidad de retomar eso. El Premio Anual permite que nuestros trabajos no terminen con el final de obra.
—Con las sucesivas ediciones, el Premio Anual Obra Construida fue incorporando modificaciones para ampliar la participación. ¿Qué cambios se podrían hacer en tu opinión para lograr este objetivo?
—Yo creo que el premio ya debería trascender el distrito de Rosario y hacerse de alcance provincial. En los pueblos de todo el territorio provincial hay profesionales haciendo trabajos muy buenos. Sería bueno avanzar en esa dirección.
Y, tal vez, se podría plantear la posibilidad de que el premio sea bianual. Porque la arquitectura lleva tiempo; entre que te encargan un trabajo, la empezás a construir, y la terminás, se hace complicado conseguir la cantidad de obras que se necesitan todos los años.
PREMIO ANUAL OBRA CONSTRUIDA 2024
Podrán presentarse todas aquellas obras realizadas dentro del ámbito jurisdiccional del Distrito 2, Rosario, finalizadas entre en el 1 de enero de 2022 al 31 de diciembre de 2023.
La inscripción se realizará de manera directa al presentar la obra (o cuantas obras desee) mediante el acceso a siguiente formulario de postulación:
CLICKEÁ AQUÍ PARA POSTULAR TU OBRA
00-PANEL-ROTULO-PREMIOS-CAU-D2-2024
CRONOGRAMA:
Fecha de apertura: 5 de septiembre de 2024.
Período de consultas: 5 de septiembre al 5 de octubre de 2024.
Fecha límite de entrega: 21 de octubre de 2024.
Fecha de publicación de los trabajos ganadores: A confirmar.
Composición del Cuerpo de Jurados y Juradas:
Arq. Francisco Cadau (Presidente del Jurado, de la localidad de Campana, Bs.As)
Arq. Marina Borgatello
Arq. Mariel Suárez
Arq. Claudio Solari
+El cuerpo se completa con dos arqs. del CAU D2 elegidos/as por los/as participantes.