Con el foco en la defensa de la infraestructura verde de Rosario

Desde el Colegio de Arquitectura y Urbanismo de Rosario (CAUD2), la Comisión de Arquitectura del Ambiente y el Paisaje viene trabajando en la promoción de instancias de debate y reflexión sobre el avance de intervenciones sobre espacios verdes y el arbolado en Rosario. A raíz de la polémica generada por las obras en el Parque Independencia para los Juegos Odesur 2026, la comisión emitió un comunicado en el que alertan sobre la pérdida de ejemplares y plantean la necesidad de que la ciudad cuente con políticas públicas basadas en la planificación y el equilibrio ambiental.

por La Gaceta Arquitectura

El Colegio de Arquitectura y Urbanismo de Rosario (CAUD2) mantiene en pleno funcionamiento sus comisiones de trabajo; las mesas de análisis, reflexión y debate integradas por profesionales que abordan distintas problemáticas con el objetivo de encontrar soluciones y realizar un aporte desde la disciplina. 

El protagonismo que cobraron en la agenda pública algunas iniciativas del municipio rosarino que incluyen la intervención sobre el arbolado de la ciudad, tuvo su correlato en la Comisión de Arquitectura del Ambiente y el Paisaje.

Tras analizar los proyectos y participar en diversas instancias de participación ciudadana y debate político, desde ese ámbito se emitió un comunicado que señala la importancia de proteger la infraestructura verde de Rosario, y advierte sobre una “falta de planificación” y diálogo por parte del Estado local cuyas consecuencias impactan negativamente en la preservación del medioambiente, el patrimonio y el paisaje urbano. 

El año pasado, la Comisión de Arquitectura del Ambiente y el Paisaje puso de relieve esta problemática con la organización de dos conversatorios que se llevaron a cabo en el auditorio del Colegio que reunieron a colegas, especialistas y referentes de distintas disciplinas. 

Con el objetivo de promover y debatir sobre la concientización y sensibilización ambiental urbana en el contexto del cambio climático, en agosto se llevó a cabo el conversatorio “Estrategias verdes para una ciudad saludable”, y en noviembre “Aire puro en la ciudad: un derecho humano”.

“Hoy tenemos que convivir en un mundo nuevo, y el acercamiento a la naturaleza quizás sea la única respuesta posible. Tenemos que cambiar el chip. Hay que pensar en producir y en reciclar. Hay que pensar en nuevos modelos. Todo aquello que no hace falta tirar, no hay que tirarlo”, planteó el presidente del CAUD2, el arquitecto Ariel Giménez, en la apertura del primero de estos encuentros.

La ronda de reuniones e instancias de debate de las que participó la Comisión a principios de este 2025, tuvieron como disparador el reclamo generado por organizaciones ambientales locales al trascender que la Municipalidad de Rosario extraería numerosos ejemplares de árboles del Parque Independencia en el marco de las obras para la construcción de un complejo de piletas para los Juegos Odesur 2026. 

Días atrás, el gobierno provincial salió a aclarar por la prensa que esas obras no se llevarán a cabo en el Parque Independencia, sino que se realizarán en las instalaciones del Club Provincial. No obstante, al igual que el resto de las organizaciones ambientales, desde la Comisión de Arquitectura del Ambiente y el Paisaje se mantienen en alerta y ponen de relieve, como antecedentes, otras obras que avanzaron sobre el arbolado urbano, como el ensanchamiento de Rouillon. 

El comunicado emitido por la Comisión es el siguiente:

«Ante la situación planteada por la intervención en el Parque Independencia de la ciudad de Rosario, debido a las millonarias obras previstas para los Juegos Odesur 2026, que incluyen la construcción de un complejo de piletas para deportes acuáticos, se suma este posible hecho a varias situaciones en las que se realizaron y realizan extracciones de árboles sin que el gobierno local escuche la opinión de las organizaciones sociales y entidades profesionales, y sin evaluar el daño que se causa con la pérdida de cuatro hectáreas donde hay 144 árboles, de acuerdo a un peritaje judicial realizado hace tres años. 

Algunos de esos ejemplares tienen más de un siglo de antigüedad. Ubicados en uno de los mayores pulmones verdes de la ciudad, tan imprescindibles ante la acelerada sucesión de fenómenos extremos como la ola de calor que los rosarinos sufrimos reiteradamente, así como la invasión de espacios públicos.

Desde el Colegio de Arquitectura y Urbanismo de Santa Fe, Distrito 2 Rosario, creemos que se debe planificar lo mejor para Rosario para tener una ciudad en armonía con la naturaleza. 

Es necesario dejar de actuar arbitrariamente desde el gobierno provincial y local, y escuchar las voces de la población y sus organizaciones, ya que hace mucho tiempo se debate sobre cambios de ordenanza que protejan los árboles existentes y sus ecosistemas sin llegar a un acuerdo, debido a las posturas de los dirigentes que no trabajan en el consenso y a un intendente ausente para tomar las mejores decisiones que beneficien el equilibrio ecológico que necesita Rosario y su gente. 

Es una ciudad cada vez más comprometida por los efectos de la isla de calor, especialmente en el centro y macrocentro, donde más se debe cuidar y proteger los árboles, bosques urbanos y ecosistemas, y es donde más se arrasa, construyendo cemento y barreras de ventilación urbana.

Solicitamos al gobierno provincial y local tomar conciencia de que la ciudad, y especialmente lo público, es de todos, y que actuar destruyendo la naturaleza tiene consecuencias graves. En este caso, estamos a tiempo».

La Gaceta Arquitectura dialogó con tres integrantes de la Comisión de Arquitectura del Ambiente y el Paisaje; las arquitectas Alicia Sáinz, Virginia Bianchi y Marta Ruarte, quienes dieron detalles de las problemáticas que vienen abordando desde ese espacio y reflexionaron acerca de la necesidad de promover políticas públicas en la ciudad de Rosario que tiendan al equilibrio ambiental en general, y a preservar y ampliar su infraestructura verde en particular.

—¿Cómo surge el interés de la comisión por abordar la problemática del arbolado urbano y cómo entienden el rol de los y las profesionales de la arquitectura al respecto?

—Alicia Sainz: El arbolado es un elemento más de las infraestructuras verdes de la ciudad, junto con los cursos de agua, los bordes del río, los pastizales, especies nativas, y demás componentes.

Desde la comisión venimos trabajando con la temática del arbolado a partir de la demanda hacia los arquitectos por parte de organizaciones como Protegiendo a nuestros árboles por la quita de ejemplares frente a los edificios. Esas organizaciones hacen el reclamo con toda la razón, y nosotros, como arquitectos y urbanistas, tenemos que dar respuestas. 

En ese sentido, queremos reivindicar un rol del arquitecto que se perdió, que es estudiar y analizar las formas (el entorno inmediato) y las extra-formas (lo político, lo social, lo económico, lo ambiental) para hacer, luego, un diagnóstico. 

—Virginia Bianchi: Muchas veces, terminamos siendo funcionales al pedido del comitente, sin hacer una revisión técnica y científica de la realidad, del impacto negativo que puede generar una intervención. 

Es cada vez más necesario pensar cómo manejar un equilibrio y no avanzar con cemento sobre espacios verdes sin considerar su impacto. Debemos tener en cuenta que necesitamos tener un ambiente sustentable, porque las próximas generaciones tienen que habitar en una ciudad vivible. 

Este calor que estamos padeciendo por estos días va a seguir aumentando. Y la realidad es que todos buscamos la sombra de un árbol, poder poner los pies en el agua y refrescarnos en los pocos espacios que la ciudad tiene para hacerlo. 

Aunque el Estado te ofrece refugios para eso, cuando realiza una intervención no duda en sacar los árboles que sean necesario, y lo hace sin planificar, sin considerar el impacto negativo que eso puede tener. 

—¿Y cómo evalúan el avance de obras e intervenciones sobre un espacio verde emblemático como el Parque Independencia?

—A.S: En el caso del Parque Independencia, se trata de un pulmón de la ciudad que ya no está en situación para aceptar otra intervención más. Ya demasiado intervenido está por instituciones privadas, por el MCDonald, los Museos y los clubes.  

—V.B: Si se sigue avanzando, el Parque Independencia dejará de cumplir su función social, cultural, ambiental. La ciudad tiene otros espacios para intervenir sin generar impacto ambiental. 

Aunque el Estado decida plantar muchos árboles nuevos, es necesaria una planificación. Es decir; si se sabe que un árbol empieza a capturar carbono a partir de los cinco años de vida, hagamos una reserva y vayamos recomponiendo esa masa. Porque mientras tanto, durante esos años, esos árboles no van a capturar carbono, no albergarán fauna, y no darán sombra. Y hay que cuidarlos en forma sostenida.

Entonces, debemos preservar, tener reservorios y empezar a tener una política pública al respecto. Hay instrumentos, desde nuestra disciplina, para hacer proyectos con estudios de impacto ambiental que tengan en cuenta todas las variables. 

—A.S: Por el tema del Parque Independencia nosotras fuimos a las reuniones que se hicieron en el Club Provincial junto a vecinos y grupos proteccionistas y de arbolado. Ese reclamo tuvo mucha visibilidad, tal vez porque se trata de un lugar emblemático ubicado en el área central de la ciudad. Pero se están haciendo intervenciones de jerarquización vial en otros lugares de la ciudad donde están avanzando con el arbolado.

—¿Cúales son esos casos? ¿Qué planteo realizaron?

—V.B: Para las obras de ensanche de Rouillon, se sacaron 73 ejemplares de árboles, algunos de ellos de más de cincuenta centímetros de diámetro. Ante esa situación, en diciembre del año pasado enviamos una carta a funcionarios municipales y hasta al propio intendente, pero no obtuvimos respuestas. 

—A.S: La intervención sobre Rouillon se podría haber planteado de otra manera. Por ejemplo, hacer la bicisenda en los costados, con los árboles frondosos dando sombra, y no en el medio, que no sólo resulta peligroso para los ciclistas sino que se les impide tener sombra. Lo preocupante es que con el ensanche de Ayacucho va a suceder lo mismo. 

—V.B: No nos consideramos portadores de la verdad; entendemos que hay muchas miradas que pueden realizar sus aportes desde distintos lugares. Lo que pedimos es que se den espacios de discusión y debate, que haya respuestas, porque lo que resulte de allí será beneficioso para la ciudad. Y estamos ante una crisis ambiental que no admite perder mucho tiempo ni cometer errores.

—¿Y cuál es el rol de los y las profesionales de la arquitectura y el urbanismo para conseguir -más allá de los encuentros o charlas- una consideración en las políticas públicas que se llevan a cabo?

—V.B: Desde nuestra comisión, desde nuestro lugar como profesionales, buscamos llamar a la reflexión a nuestros colegas para que se involucren de manera activa. Si no lo hacemos, después nos lamentamos por las consecuencias y elevamos las quejas cuando ya es tarde. 

—Marta Ruarte: La fortaleza más grande en estos temas la tienen las organizaciones sociales, porque son las que ponen el cuerpo, van al consejo. Son los vecinos y vecinas quienes cumplen ese rol. Las entidades profesionales no se han ganado un lugar necesario en la sociedad; no somos activistas sociales. 

La única manera de cambiar esto es dándole otro contenido a nuestro rol como profesionales, saliendo a hacer planteos colectivos de cara a los problemas sociales. Y también, hay que tener en cuenta que, en términos generales, estamos en una época de mucha desmovilización y con un bajísimo nivel de discusión política. 

*Más información sobre la Comisión de Arquitectura del Ambiente y el Paisaje, AQUÍ.