Cine gratuito en el Colegio: arquitectura y artes plásticas en el universo creativo de Eduardo Contissa

El próximo viernes 17 de octubre a las 19 hs, en el auditorio del Colegio de Arquitectura y Urbanismo de Rosario se proyectará, con entrada libre y gratuita, el largometraje “Eduardo Contissa; anatomía del rayo de luz”; y luego de la función, los y las asistentes podrán recorrer en el Nivel 4 una muestra que reúne obras de Contissa, arquitecto y artista plástico que protagoniza este trabajo. Su director, Fernando Tabares, nos adelanta algunos detalles de este documental.

por La Gaceta Arquitectura

Se sabe; el bar Luna ya es parte del pasado. Como siempre sucede en esos casos, sin rastros de su fachada, su existencia sobrevive en los recuerdos que cada uno acomodará a su antojo, o como la memoria permita. Quienes formaron parte del circuito nocturno del bajo rosarino, en la bajada de calle Tucumán hacia el río, no olvidarán un emblema de aquel mítico lugar: la luna pintada en 3D en un díptico montado sobre el corredor que comunicaba la pista de baile con una de las barras. 

El autor de ese cuadro, la historia de esa obra, y algunas postales del Luna bar, protagonizan el largometraje “Eduardo Contissa; anatomía del rayo de luz”, dirigido por Fernando Tabares, y que el próximo viernes 17 de octubre a las 19 hs. se proyectará con entrada libre y gratuita en el auditorio de la sede del Colegio de Arquitectura y Urbanismo de Rosario (Av. Belgrano 646).

Luego de la función, se podrá recorrer en el Nivel 4 del edificio una muestra que reúne obras del propio Contissa, el arquitecto y artista plástico que en este documental nos revela parte de su universo creativo y el entorno en el que opera. 

Para conocer más sobre este trabajo audiovisual, La Gaceta Arquitectura dialogó con su director, Fernando Tabares. 

—¿Cómo surge la idea de realizar “Eduardo Contissa; anatomía del rayo de luz”?

—A propósito del cierre de Luna bar en 2015, un conocido ícono del bajo Rosarino, me siento interesado en la pinacoteca y veo que hay un cuadro que estuvo presente desde los inicios hasta la actualidad, como background de los veintipico de años que estuvo el bar en funcionamiento. 

Con el director de fotografía del documental, Gustavo Valenzuela, venimos trabajando en la investigación de la mirada. Cómo es ver a través de una cámara fotográfica, o de video, cómo ve un pintor, o un arquitecto. Qué produce esa mirada. O como decía mi maestro José Antonio Martínez Suárez, “no se pierda la subjetiva”, en relación al diseño de planos para un rodaje. 

Preguntamos al dueño del bar por el cuadro, y nos dice que el autor de la obra es Eduardo Contissa. Eduardo y yo formamos parte de una familia extensa. Es un matriarcado de cinco mujeres que durante el siglo XX se extendía entre Rosario y Mar del Plata, pasando por Buenos Aires. 

Eran cinco primas y sus descendientes, parientes que crearon una relación de pertenencia entre las que estaban mi madre y la madre de Eduardo. Si bien tengo un vago recuerdo de las visitas a su casa, el sonido del aerógrafo se mezcla con los sonidos de mi infancia.

Durante la década del ochenta Eduardo Contissa, junto con toda una movida de jóvenes artistas en la ciudad de Rosario, tenían una concepción distinta del arte y de la vida; que, siendo yo un cronista adolescente algo más joven que ellos, acompañaba cámara de fotos en mano. Por supuesto, me sentí inspirado a filmar un documental sobre ese cuadro. 

—¿Y qué particularidades tuvo este documental respecto a tus otros trabajos?

—Siendo miembro fundador de ARDOC y de la RAD, empecé trabajando en el documental social. Si bien vengo del documental social, mi primer trabajo es sobre los acontecimientos de diciembre 2001 en Rosario Pedacitos de Cristal, una crónica para aquellos que quisieron parar las balas. 

Hay una búsqueda que se repite en un recorrido. En mis siguientes trabajos Las postas de Belgrano sobre el paso de Manuel Belgrano por la ciudad de Rosario, para la plataforma Flow y Oficio del mirar atento sobre la fotoperiodista Silvina Salinas del diario La Capital de Rosario, que participó en los 30 años del festival nacional de cine documental; lo que sucede es que se repite una búsqueda atada a un recorrido. 

En este caso, el recorrido lo propone el artista y es a través de un cementerio. El cementerio tenía en su diseño una historia escondida, por eso lo recorrimos junto a su diseñador. Es una historia donde yace el referente más importante de Eduardo en su pintura y donde nace el artista que es él hoy.

—¿Qué otros itinerarios aparecen en esta historia y qué lugar ocupa allí el cuadro del Luna bar?

—Uno de ellos es en el museo Castagnino, dónde la crítica de arte Beatriz Vignoli recrea y define la obra de Eduardo a propósito de la muestra de 2019 “Aquellos Bárbaros”. También participan la cronista de arte Xil Buffone y el director de teatro Rody Bertol. Y el recorrido principal a través de Luna bar.

Los cuadros de Eduardo tienen la particularidad que pueden verse desde distintos ángulos y diferentes distancias. De lejos se ve un dibujo pintado en blanco y negro y, a medida que te vas acercando en todas las líneas del dibujo van apareciendo los colores del arcoíris, los cálidos para un lado y los fríos para el otro. 

Y, en relación al díptico de la luna, se trata de un cuadro en 3D. Y lo político es que cuando vas a ver una exposición de Eduardo, siempre hay dos personas hablando y recorriendo ese cuadro, porque se ve con distinta luz desde diferentes ángulos. Es decir; incluye y permite el diálogo en el descubrimiento.

Sinopsis

Dos cineastas se pierden en un cementerio-parque laberíntico junto al artista que lo diseñó. Durante este recorrido emerge la figura del arquitecto y artista plástico Eduardo Contissa. Referente de una revolución estética en los 80 en Rosario y de jóvenes artistas de hoy. Maestro del aerógrafo y de la luz, Eduardo Contissa explora incansablemente más allá de la materia y de la razón y, de este modo, abre una puerta a su universo creativo signado por la memoria familiar.

El trabajo artístico de Contissa está signado por una serie de hechos significativos. Ya desde sus inicios, en los 80, como parte de un movimiento de jóvenes, al que la escritora y crítica de arte Beatriz Vignoli denomina “Los seis del aerógrafo”, cuando estos artistas tomaron distancia de la línea artística de Juan Grela y exploraron la técnica del aerógrafo para ampliar el campo de posibilidades de la pintura y produjeron, de este modo, un quiebre con respecto a la estética dominante de la época.

La obra más conocida y popular de Eduardo Contissa (especialmente para los rosarinos) es el díptico de La Luna, ícono del mítico bar de la movida nocturna y underground de Rosario, al que le dio su nombre. Esa obra estuvo en exposición permanente por más de veinte años, entre 1990 y 2015, cuando La Luna cerró definitivamente.

Son varias las facetas de este artista que se van perfilando a lo largo del documental. Una de ellas, y más reciente, es la realización de una obra para la escenografía de la obra de teatro El hijo de Agar, obra que aborda la cuestión del aborto.

Contissa también es arquitecto y se registra la particularidad cultural del diseño del Cementerio Parque de Villa Gobernador Gálvez, cuya capilla está pensada para todas las religiones. Su figura de bohemio y su punto de vista acerca del arte adquiere significado en tanto es referente de jóvenes artistas de la ciudad de Rosario, como el pintor Lázaro Diacovich que en su novela Oro brujo basa un personaje en la figura de Eduardo, un viejo mago blanco que observa la luz a través de un prisma.

Una de las indagaciones estéticas centrales está en las exploraciones sobre la descomposición de la luz. Sin embargo, también en la actualidad, Eduardo Contissa sigue produciendo desplazamientos con respecto a su propia obra. Últimamente ha realizado muestras con nuevos trabajos en carbonilla.

Eduardo Contissa avanza incansablemente, más allá de la materia y de la razón y, de este modo, abre una puerta a un universo creativo que atraviesa la modernidad y va dejando una huella para el arte rosarino.

Biofilmografía del director

Fernando Tabares nació en Rosario en 1968. Desde el año 1989 trabaja en la producción creativa y técnica de contenidos para televisión, desempeñándose como productor, editor, camarógrafo, coordinador y director en empresas de CABA y en la ciudad de Rosario.  Estudió cine en CABA con José Antonio Martínez Suárez.

Es Licenciado en Comunicación Audiovisual egresado de la Universidad Nacional de Rosario y Realizador en Cine y Televisión por la Escuela Provincial de Cine y Televisión de Rosario. Miembro fundador de ARDOC (documentalistas rosarinos) y participante en la RAD (Red Argentina de Documentalistas). Trabaja actualmente como camarógrafo de prensa en el móvil de exteriores de Somos Rosario, alternado con la producción y dirección de documentales y programas para televisión.

Algunos de sus trabajos son: La fiesta de despedida (ficción, 1997) Mención principal, premio Georges Melies – Cinemateca Argentina – Embajada de Francia. Pedacitos de Cristal. Crónica para aquellos que quisieron frenar las balas (documental, 2004) sobre la pueblada en Rosario en 2001, Mención principal sobre derechos humanos, Festival Latinoamericano de video Rosario. ¡Qué Animal! Relato para público infantil contado por su autora, la escritora rosarina Graciela Cariello. Micro para TDA (2010). Contra la corriente la nave va. Serie de documentales sobre deportistas olímpicos premiados en náutica, Con Cecilia Carranza y Clara Rohner entre otros, para TDA (2015). Oficio del mirar atento (2021) cortometraje documental sobre la obra de la fotógrafa Silvina Salinas Selección Oficial Festival Nacional de Cine Documental 2025. Las postas de Belgrano (2020) largometraje documental sobre el paso del General Manuel Belgrano por la ciudad de Rosario para la plataforma Flow Personal. Eduardo Contissa Anatomía del rayo de luz largometraje documental sobre la obra del arquitecto y artista plástico Eduardo Contissa (2025).

Créditos

Protagonistas:

Eduardo Contissa, arquitecto y artista plástico
Beatriz Vignoli, crítica de arte
Xil Buffone, cronista de arte
Pablo Bonilla, empresario
Rody Bertol, director de teatro

Técnicos:

Voz Off: Oscar Vega
Producción: Silvina Lacalamita
Guión, dirección, entrevistas y sonido directo: Fernando Tabares
Dirección de fotografía y cámara: Gustavo Valenzuela
Montaje: Fernando Tabares
Posproducción de sonido: Iván Tarabelli
Producido por elnervioóptico