Espacio Mínimo Emergente: Papel calado y música para activar los sentidos

La muestra “Papel Calado”, de la artista plástica Verónica Sendra que se exhibe en el Espacio Mínimo Emergente del Colegio de Arquitectura y Urbanismo de Rosario tendrá el próximo viernes 9 de mayo a las 20 hs una activación que pondrá a dialogar la materialidad, las formas y los colores de estas obras, con la creación musical de un pianista (Pablo Socolsky) y un trompetista (Mariano Suárez). Ambos músicos tocarán en vivo las composiciones inspiradas en el trabajo de Sendra, y luego dejarán un material grabado en el Teatro Astengo para que musicalice la muestra hasta su cierre.

por La Gaceta Arquitectura

El próximo viernes 9 de mayo a las 20 hs, el Espacio Mínimo Emergente que funciona en la sede del Colegio de Arquitectura y Urbanismo de Rosario (CAUD2) de Av. Belgrano 646 será escenario de un diálogo particular que establecerá la música (en este caso piano y trompeta ejecutados en vivo) con las obras que componen la muestra Papel Calado, de la artista plástica Verónica Sendra, que allí se exhibe hasta el 14 de mayo.

Los encargados de musicalizar la jornada del viernes serán Pablo Socolsky en piano y Mariano Suárez en trompeta, quienes compusieron y ejecutaron piezas musicales para cada una de las obras y registraron ese trabajo con una grabación de alta calidad realizada en el Teatro Astengo a partir de un acuerdo entre el CAUD2 y este emblemático espacio cultural de Rosario. Este material sonará en el Espacio Mínimo Emergente hasta la última jornada de la muestra.

“Trato de convocar la mirada y capturarla”, escribió Sendra en el texto de sala que acompaña la muestra. En el diálogo con Pablo Socolsky, desde La Gaceta Arquitectura tomamos como referencia esta frase de la autora para saber cómo procedieron para componer piezas musicales que, en este caso, deberán convocar otro sentido por parte de quienes presencien la muestra, y establecer un diálogo con la materialidad, las formas y los colores de Papel Calado.

—¿Cómo asumiste la propuesta de musicalizar la muestra con obras de Verónica Sendra? ¿Tenías algún tipo de experiencia en realizar ese cruce artístico?

—En principio es importante aclarar que Verónica es mi pareja, lo que implica que estuve al tanto de la producción y la preparación de toda la obra. Habitualmente vengo haciendo colaboraciones y dialogando con obras de otras disciplinas. El año pasado musicalicé tres obras de Verónica Orta en el Castagnino, también de fotografías de Pichi de Benedictis, y en un proyecto de videos sobre el río Paraná de Federico Tinivella que se llama Irupé. En fin, tengo experiencia en trabajar con otras artes y generar música para dialogar con otros proyectos artísticos. 

A su vez, Verónica Sendra ha colaborado en las portadas de mis dos últimos discos; el de La forma inicial (solo piano) y el disco en trío Esperando la lluvia. Y ahora me tocaba a mí colaborar con ella. Tenía ganas de hacer este proyecto, de generar música original para sus obras. 

Lo conversamos con Mariano Baima, del área de Cultura del Colegio y le encantó la propuesta, sobre todo que haya una música de sala que pensamos en grabarla en las mejores condiciones en el Teatro Astengo, con un piano de cola Bechstein, con todo el ambiente y la acústica del teatro, junto a Mariano Suárez en trompeta.

Y pensamos la música original en un motivo por cuadros divididos en tres secciones o suites a partir de como están ubicados los cuadros. La música fue pensada y compuesta a dúo, algunos son solo pianos, y otros trompetas, y otros que incorporamos en loops para tocar.

La propuesta para el viernes 9 de mayo es hacer un concierto tocando esta música. Los motivos son muy breves, y nosotros, al ser músicos de jazz, siempre tenemos la oportunidad de improvisar y variar sobre un motivo. O sea, se van a ir descubriendo otras cosas en el concierto respecto a lo grabado. Y eso se escuchará en la sala hasta el cierre de la obra.

En definitiva, habrá dos experiencias. Una de ellas es escuchar la música que ejecutamos mientras se contemplan los cuadros en el Espacio Mínimo Emergente. Y posteriormente, escuchar la música grabada en el Astengo que sonará en ese espacio.

—¿Cómo fue el proceso de componer y ejecutar música a partir de las formas, colores, disposiciones espaciales de una obra con las características de Papel Calado? 

—La idea es que la música dialogue, y no que irrumpa o perturbe la experiencia de estar viendo la obra. Ese es el primer precepto. Y conceptualmante, ver qué me transmiten las obras a nivel emocional. Bajo ese lineamiento empiezo a pensar ideas.

La obra de Verónica tiene un concepto muy minimalista, donde los colores, los trazos y las texturas que va generando, uno intenta transmitirlas con los motivos e ideas que generamos musicalmente para cada obra. Con Mariano Suárez estuvimos investigando sobre los colores, porque hay mucho material al respecto.

A modo de homenaje, me basé en la primer obra de Verónica en la muestra, que es de color rojo, tomando la obra de Skriabin (Alexandre), que hizo una guía en torno a qué tonalidad va con cada color. Yo tomé eso traducido a mi lenguaje para pensar una idea respecto a ese cuadro. Y Mariano Suárez tomó una idea para otro cuadro. 

—¿Cómo fue la experiencia de grabar en un espacio tan particular como lo es el Teatro Astengo?

—La experiencia de grabación fue maravillosa, por lo que significa ese lugar, su historia, su acústica y la belleza de sus espacios. En el escenario, con el piano, que es un Bechstein gran cola muy bien mantenido. En ese piano hemos visto y escuchado tocar a Gismonti. Y, de repente, estar nosotros haciendo música con ese mismo piano es movilizador. La idea de grabar la música de sala en las mejores condiciones fue una excelente idea. La sensibilidad que uno logra en ese marco mejora y enriquece todo el proyecto. 

No quiero dejar pasar la oportunidad de hacer un agradecimiento especial y enorme para Flor Balestra, directora del teatro, y a todo su equipo. También para el arquitecto y escenógrafo Mariano Baima y a Javier Bianchi, ambos del Colegio de Arquitectura, que nos han acompañado en la iluminación y ambientación como así también en el registro fílmico y fotográfico del proceso de grabación. Y desde ya que sumamos en este agradecimiento al presidente del Colegio, el arquitecto Ariel Giménez y a todo el directorio por haber apoyado esta propuesta.

Por su parte, Verónica Sendra compartió con La Gaceta Arquitectura algunos detalles de su obra Papel Calado, qué aporte puede realizar la música en la percepción de quienes visiten el Espacio Mínimo Emergente.

—¿Cómo evalúas el resultado de la muestra, la experiencia de ver tus obras exhibidas en el Espacio Mínimo Emergente?

—Cuando conocí el Espacio Mínimo Emergente me pareció el espacio ideal para presentar la muestra que venía pensando. Me gustaron las dimensiones, adecuadas y suficientes para que la obra sea protagonista, el contacto con el exterior a través del ventanal, su ubicación en el paso hacia otro lugar, pero a la vez como espacio específico para el arte, donde es posible detenerse con tranquilidad. Me interesa la idea de que quien circula por el colegio por otros motivos, encuentre el plus de tomarse un tiempo para contemplar y disfrutar del arte. 

El resultado de la muestra es producto del trabajo mancomunado de varios y es para mí una experiencia sumamente positiva. A la inauguración concurrieron personas que pertenecen a ámbitos diversos y pudieron conocer el colegio y su propuesta cultural. Me parece muy rica esa posibilidad de intercambio. Tengo que agradecer la hospitalidad del Caud2 y el acompañamiento y dedicación de Mariano Baima y Matías Querol, con su profesionalismo y calidez.

—En el texto de sala de la muestra decís que llegás a esas formas en “un continuo juego entre la decisión y el azar”, y que la experiencia de quien la contempla permite  “recorridos por el dibujo, hasta encontrar una materialidad” y qué ésta puede escapar, esfumarse y encontrar otras formas. ¿Qué aporte crees que puede hacer la música a esta experiencia?

-La propuesta es recorrer las obras con la mirada y en este devenir, conectar con lo que ofrecen, habitarlas, tal vez alojar allí algo propio. La música es parte de nuestras vivencias y cotidianeidad. Por esto mismo puede ser la compañera en este recorrido. 

Conversando en la inauguración, surgió por parte de Mariano Suárez y Pablo Socolsky la iniciativa de producir música original, brindar un concierto y que posteriormente quedara sonando en la muestra. Me entusiasma mucho contar con la participación de músicos de tanta trayectoria. Mariano Baima se ocupó de los detalles para la sesión de grabación y el Teatro Astengo lo hizo posible.

Papel Calado, en el Espacio Mínimo Emergente del CAU D2:

por Verónica Sendra

Las obras que integran esta muestra fueron realizadas en papeles de diferentes características y gramaje (papel coloreado a masa, vintage, teñido artesanal). Las medidas son diversas.

El papel calado existe como manifestación ancestral en varias culturas. En estos grupos humanos, los calados participan de distintas expresiones y sentidos, acompañando la cotidianeidad. También están presentes en los acontecimientos especiales de una comunidad y las búsquedas artísticas.

Me interesa trabajar el papel en su materialidad, teniendo en cuenta a estos precursores, a la vez que “traduciendo” esta expresión a una nueva versión, personal, contemporánea y situada en este territorio. El proceso de trabajo comienza con una hoja de papel vacía y plena a la vez. A medida que la misma va perdiendo su materia, se transforma en algo más.

A través de la incisión voy generando líneas y dibujos abstractos que aluden a formas orgánicas, naturales, vegetales y a otras reminiscencias. En un continuo juego entre la decisión y el azar, se mezclan movimientos libres y el uso de formas reiteradas al modo de patterns.

Trato de convocar la mirada y capturarla en un tiempo que permita los recorridos por el dibujo, hasta encontrar una materialidad que por momentos es el borde de papel o bien un espacio vacío que escapa a la línea. Invitación que provoca a encontrar la unidad en una imagen que se escapa y deconstruye en los detalles. Cambiando sus límites, se convierte en diferentes figuras según el punto de referencia o las asociaciones a las cuales nos reenvíe.